La Euro de los pequeños
Albania completa con Gales, Irlanda del Norte e Islandia la rebelión de los modestos
Albania se convirtió ayer en el último invitado inesperado de la próxima Eurocopa, añadiéndose a Irlanda del Norte, Gales e Islandia en esta revolución de países pequeños, tradicionalmente considerados rivales de trámite, que esta vez le han pasado la mano por la cara a pesos pesados como Holanda, Grecia o Rusia, cuya clasificación sigue en el alero.
El 6 de septiembre del 2006 España fue zarandeada. Luis Aragonés, que después llevaría a la selección a conquistar la Eurocopa en Viena, estaba en la cuerda floja. Ese día Raúl jugó su último partido con la roja, jubilado contra su voluntad. David Healy, autor de tres goles a Casillas, hizo volar por los aires toda una era –para bien, pero eso entonces no se sabía, claro–. Fue el final de la furia. Y todo porque España perdió 3-2 contra Irlanda del Norte. Menos de diez años después ese equipo contra el que era pecado perder jugará la Euro de Francia. Y seguro que a España no le hará gracia cruzarse con los Davis, Brunt, Dallas y McNair. En el Mundial de 1982, en Valencia, también dieron la sorpresa con un gol de Gerry Armstrong. No hay dos sin tres.
El torneo continental del próximo verano estará lleno de equipos que hasta hace poco eran pan comido. Aquellos a los que se llamaba cenicientas, marías o peritas en dulce ya no lo son. David ha derrotado a Goliat. Mientras selecciones con solera y títulos como Holanda, Grecia o Rusia aún no tienen el billete, Islandia, Gales y los norirlandeses serán protagonistas. Acostumbrados a ver las competiciones desde el sofá, ahora estarán allí en los estadios franceses. Nadie tendrá que contárselo.
Albania completó ayer la rebelión de los modestos con un triunfo en Armenia (0-3) y mandando a Dinamarca, campeón de Europa en 1992, a la repesca. Un autogol y un rebote tras una falta lanzada por Memushaj y Sadiku obraron el milagro. En agosto de 1997 la selección albanesa era la 122 del mundo. Bajo la dirección de De Biasi –extécnico del Levante–, entró en su primer gran torneo. Entre los 14 puntos que le han valido el billete están los tres que la UEFA le dio tras la batalla campal y suspensión del partido de Belgrado después de que un dron con una bandera de la Gran Albania sobrevolase el césped. Sí que fue mérito suyo el triunfo en Portugal. Igual que Berisha, meta del Lazio, sólo haya encajado cinco tantos.
También el galés Chris Coleman pasó por la Liga. Se sentó en el banquillo de la Real Sociedad en 21 partidos entre 2007 i 2008. No triunfó pero el sábado vivió su derrota más alegre –la primera en toda la clasificación– gracias al pinchazo de Israel. Ni Ian Rush, ni Mark Hughes ni Ryan Giggs habían logrado reeditar la hazaña del Mundial de 1958 cuando sólo Pelé pudo descabalgar a Gales en cuartos. Ahora le toca a Bale. La inexperiencia no será un problema: de los 14 dragones que cayeron en Bosnia sólo Simon Church, del Milton Keynes, no ha jugado en la Premier.
Islandia es más conocida por su música que por sus futbolistas. Björk, Sigur Rós o Gus Gus han sido los mejores embajadores de la isla, donde viven 325.000 personas. Allí apenas tienen 20.000 licencias de fútbol porque el balonmano se juega en pabellones cubiertos, mucho mejor para el frío, y es más popular hasta el punto de ganar una plata en los Juegos de 2008 y un bronce europeo en 2010. Ahora, dirigidos por Lagerback, los Gylfi Sigurdsson, Hallfredsson, Sigthorsson y Finnbogasson intentarán emularlos. Por cierto, aún llaman a Gudjohnsen, con 37 años y jugando en China. Ver para creer. La edad, como el tamaño, no importa.