Lamar Sims
Tamir Rice, de 12 años, no tuvo oportunidad de mostrar que su pistola era falsa
FISCAL DE DENVER
El fiscal Sims y el agente jubilado del FBI Kimberly Crowford, como analistas del caso, consideraron que Timothy Loehmann, el policía que mató a un niño de doce años que tenía una pistola de juguete, actuó “de modo razonable”.
Dos expertos, supuestamente independientes, han dictaminado que el policía blanco Timothy Loehmann actuó de “forma razonable” al tirotear mortalmente a Tamir Rice, negro de doce años que portaba una pistola falsa.
El término “supuestamente” se debe, según subrayó la familia de la víctima, a que uno de los analistas es agente jubilada del FBI –Kimberly Crawford– y el otro, Lamar Sims, fiscal en Denver.
A quemarropa y a bote pronto, sin mediar palabra, como recogió un vídeo. Así cayó este niño metido en el cuerpo de un adolescente. No tuvo oportunidad de demostrar que llevaba una réplica.
Sucedió el 22 de noviembre del 2014 en un parque de Cleveland. Tamir Rice se convirtió en otro faro –junto a Michael Brown en Ferguson y a Eric Garner en Nueva York– del movimiento Black Lives Matters que agitó las consciencias y las calles de Estados Unidos contra la violencia policial que sufren los afroamericanos por el color de su piel.
La retahíla de negros muertos a manos de los uniformados se ha extendido como una plaga este último año y ha dividido todavía más a una sociedad ya partida en dos por cuestiones económicas.
Que el policía Loehmann sea exonerado de toda culpa por el gran jurado, que actúa a puerta cerrada, sin luz ni taquígrafos, en lugar de llevarlo a juicio, se otea en el horizonte con la luz roja. Estos informes se han realizado a petición de Timoty McGinty, el acusador público, que es quién maneja las riendas del gran jurado. Los Rice creen que actúa más de defensor del policía que de los derechos de los ciudadanos.
Se teme que, en caso de darse ese apaño absolutorio, Cleveland se incendie al igual que ocurrió en Fergunson o en Baltimore.
Está cerca el aniversario y el asunto sigue en el aire, en un país que se caracteriza por la celeridad en las causas judiciales. Poco antes de la tragedia, el servicio de emergencias de Cleveland, el 911, recibió una llamada. Un hombre informó que alguien iba por el parque apuntando con una pistola. Pero ese mismo denunciante describió al presunto con el término juvenil y matizó que la pistola parecía falsa, una copia.
El experto Sims subraya que Loehmann carecía de esa información porque el encargado del teléfono no se la suministró. “Por su edad, rompe el corazón, pero Rice suponía una amenaza razonable y en la respuesta se percibe esa situación”, remarca.
“Cuándo salió del coche –escribe Crawford en su pericia–, el oficial estaba centrado en las manos de Rice, como las movió hacia su cintura y levantó su chaqueta, y no en la edad del mismo”.
La ex supervisora del FBI insiste en que, incluso si Loehmann hubiese sabido su edad, “esa circunstancia no hubiese hecho irrazonable el uso de la fuerza”. En su opinión, un niño de doce años con pistola es suficientemente mayor para apretar el gatillo como si fuera un adulto”.
El abogado Jonathan Abady, que representa a la familia, calificó de farsa cualquier presentación ante el gran jurado en la que el fiscal no defienda a Tamir. “¿Quién habla en nombre de Tamir? El fiscal desde luego que no”, indicó en un comunicado.
La familia cree que el vídeo y otras evidencias hacen más que palpable “un uso totalmente irrazonable” de la fuerza letal.
El letrado calificó de “pro policía” a los expertos. Del fiscal McGinty señaló que “trabaja con diligencia” para que el agente Loehmann no responda ante la justicia por su acción. McGinty no ha dado un calendario sobre cuando el gran jurado resolverá.
La familia piensa que el fiscal busca exculpar al agente, y esto podría incendiar las calles de Cleveland