Los temas del día
El creciente interés del capital chino por invertir en la Península, y la elevada tasa de migración que registra el distrito de Ciutat Vella.
Dicen que la ciudad, los barrios, los definen las gentes que los habitan. De ser así, y de acuerdo con un estudio elaborado por este diario a partir de los datos extraídos del Anuari Estadístic de Barcelona 2015, el distrito de Ciutat Vella es difícilmente definible puesto que sus habitantes varían con tal rapidez que resulta prácticamente imposible que echen raíces en el barrio.
Ciutat Vella es territorio de paso, un espacio provisional para establecerse, una estación transitoria en la que difícilmente muchos de sus moradores fijarán su residencia de una manera definitiva. La tasa de emigración de Ciutat Vella casi dobla la media de la ciudad, lo que se traduce en que cada año de promedio se renueva el 15% de la población del distrito, cosa que no sucede con ningún otro de Barcelona. Es también el distrito al que más inmigración llega anualmente. De los 73 barrios de la ciudad, los cuatro que forman Ciutat Vella tienen las tasas de inmigración más altas. Otro dato igualmente elocuente de esta gran movilidad es que en este distrito hubo en el año 2014 unos 13.000 cambios de residencia, de los que más de la mitad se hicieron sin salir de Ciutat Vella. Los que optaron por cambiar de distrito dentro de la propia ciudad fueron 128 de cada mil habitantes, de nuevo el doble de la tasa media bar- celonesa. Pero es que también encabeza la lista de los distritos en cuanto a altas, siendo el Raval el barrio de Barcelona con mayor movilidad.
Todos estos datos avalan que Ciutat Vella es el distrito con mayor movilidad demográfica de la capital catalana pero ello no quiere decir necesariamente que esa movilidad esté ligada únicamente a la extranjería. En sus 436 hectáreas conviven el turismo que deja divisas y que al mismo tiempo lo enfrenta con los vecinos, lo mejor y lo peor de la globalización, la multiculturalidad, el dinamismo comercial... Ciutat Vella es el distrito al que más inmigración llega de la ciudad pero también es el que tiene el mayor número de vecinos que dejan de residir en él para mudarse a otros barrios de la ciudad.
Cabría preguntarse porqué muchos de los que llegan por vez primera a Ciutat Vella no echan raíces en ese distrito y en un periodo relativamente corto optan por dar el salto a otro distrito barcelonés. En contra de lo que se suele pensar, de los datos del Anuari se deduce que la llegada masiva de inmigrantes extracomunitarios o de trabajadores de otras zonas de España a Barcelona es ya historia, y que un tercio de los habitantes que se instalan al año en la ciudad son ciudadanos de la Unión Europea.