Tarragona rediseña su litoral con la pasarela de hormigón
Finalmente el Ayuntamiento no eliminará la polémica plataforma de la playa del Miracle por el alto coste del derribo
La plataforma de hormigón de la playa del Miracle, junto al anfiteatro romano, no se derribará pese a que hace diez meses el pleno del Ayuntamiento (entonces PSC, PP e ICV) aprobó por unanimidad solicitar a la Generalitat y al Gobierno central su demolición. La pasarela, inaugurada en el 2001, suscitó polémica desde un principio por el enorme impacto visual de sus 12.000 toneladas de hormigón frente a la playa. Además, su mal estado de conservación obligó, hace dos años, a cerrar la parte superior al público. Ahora, el nuevo concejal de Urbanismo (PSC), Josep Milà, plantea mantener esta cuestionada estructura pero aligerando su diseño, eliminando la parte central de la plataforma para dar más luz al sótano, por donde circulan y aparcan los coches, e incorporando la pasarela que diseñó originalmente para salvar las vías del tren y acceder a los jardines del anfiteatro.
“El coste económico que supone derribar esta estructura es inasumible en estos momentos, pero sí que podemos convertirla en un elemento más verde y más amable”, mantiene el concejal de Urbanisme, Josep Maria Milà. Atrás queda el acuerdo unánime del pleno municipal, y mucho más atrás el último gran proyecto de fachada marítima que diseñó para Tarragona el arquitecto Ricardo Bofill hace más de una década, durante la última etapa del alcalde Joan Miquel Nadal (CiU), que prevé el soterramiento de las vías del tren.
A las críticas por su estética –el piso superior es un paseo para viandantes y por debajo discurre, como en un túnel, el paseo maríti- mo Rafael Casanova y también hay plazas de aparcamiento de coches– se sumaron las críticas por la degradación del paseo. Las malas condiciones del pavimento y otros elementos incluso cuestionaron la seguridad de la estructura, que el Ayuntamiento cerró al público en julio del 2003 siguiendo la recomendación del departamento de Costas del Estado. Desde entonces, para evitar caídas por el mal estado del suelo, donde hay agujeros y desniveles, está prohibido caminar por la pasarela. Sin embargo, el concejal mantiene que la estructura está bien, “está preparada para aguantar, el problema es el mantenimiento, lo que estamos planteando es dejar una estructura menos pesada y menos compacta, un sitio agradable con pérgolas...”, mantiene Milà, quien no descarta que en el futuro puedan instalarse terrazas ahí.
El concejal espera tener el proyecto de la nueva plataforma so-
El proyecto recupera el paso por encima de las vías y hasta el anfiteatro que no llegó a hacerse por su impacto visual
bre la mesa antes del próximo verano, aunque no confía en poder ejecutarlo hasta después del 2017. “Ahora la prioridad son los Juegos del Mediterráneo y las obras que hay que realizar para que puedan celebrarse”, dice. Además de la reforma para aligerar la actual plataforma, el proyecto recupera una pieza que estaba incluida en el proyecto original (de 1997) pero que nunca llegó a construirse por las quejas por su impacto visual: una pasarela que cruzaba las vías del tren para subir hasta la plaza Arce Ochotorena, junto al anfiteatro romano, para acceder a través de los jardines del monumento al centro de la ciudad . De este modo, los viandantes podrían salvar los 29 metros que separan el Balcó del Mediterrani (en un extremo de la Rambla) con la playa. Una asignatura pendiente de la ciudad.
Milà asegura que las pendientes serán suaves para que sean accesibles a pie y también en bicicleta y que el diseño se hará acorde con la pasarela que construirá el puerto en el otro extremo de la playa del Miracle, que comunicará el paseo Rafael Casanova con la Baixada del Toro, junto a la Rambla Nova.