“La serie ya no es nuestra, es de los fans”
Andrew Lincoln, que encarna al sheriff Rick Grimes en ‘The walking dead’, nació en la escena teatral de Londres y nunca se imaginó matando zombis
Forjado en las obras de Shakespeare y entrenado en la escena teatral de Londres, Andrew Lincoln ha adquirido fama mundial encarnando al sheriff Rick Grimes en la serie más popular del momento. Quien cuando no está grabando habla con un exquisito acento británico aún se sorprende un poco por lo que el destino le tenía preparado, sobre todo porque no fue a estudiar a la Royal Academy of Dramatic Arts pensando que algún día interpretaría al ideal del héroe norteamericano. Y aunque asegura que en un apocalipsis real no podría sobrevivir ni un día, Lincoln no se cansa en la serie que esta noche estrena ya su sexta temporada (Fox, 22.30 h.) de liquidar zombis mientras explora en cada escena los abismos más profundos del alma humana.
¿Cómo explica el éxito inigualable que está cosechando The walking dead?
Creo que una de las razones es que todos los que trabajan en posiciones claves en la serie son grandes fans del género, como Greg Nicotero, Robert Kirkman y Scott Gimple. Tal vez por eso tienen una intuición que les permite conectarse con lo que los fans en el resto del mundo quieren ver. La verdad es que cuando empezamos con la serie todo podía haber terminado rápidamente, porque fue como arrojarnos de un precipicio. Creíamos que íbamos a hacer una historia breve sobre como sobrevivir en medio del horror, pero la propuesta capturó la imaginación de la gente de una forma que yo nunca había experimentado antes. Yo había tenido suerte en mi carrera, pero nunca de esta manera. En este momento todos nos sentimos responsables ante los fans. Ya no es sólo nuestra serie. Se me acercan niños, sus padres y sus abuelos a decirme que miran la serie y que se identifican con nuestros personajes. Eso es precisamente lo que tratamos de hacer como actores, convertirnos en el peso emocional de la historia para poder vender zombis. La alquimia está funcionando. Simplemente tenemos que contar la mejor historia que podamos para una audiencia global que nos está esperando.
“Ha entendido que esa es una de las razones por las que es el líder y por las que ha sobrevivido”
¿Por qué dice que fue como arrojarse de un precipicio?
Porque hacer esta serie implicó un riesgo muy grande. Cuando me convocaron, llamé a mi agente y le pregunté si no era una broma, porque soy un actor que se educó con los clásicos, y después de 19 años no podía creer que me quisieran para pelear contra los zombis. De verdad pensé en cambiar de agente. Pero pronto comprendí que no era una historia sobre zombis, sino sobre supervivencia, que es un tema universal. Tal vez por eso la gente responde en sitios tan diferentes del mundo, porque la historia trata sobre cómo mantener tu humanidad a cualquier precio.
Después de cinco tempora-
Sí, nunca le perderé el gusto a eso, pero lo que más disfruto es interpretar a este personaje. Nunca antes había convivido con uno durante tanto tiempo como lo he hecho con Rick. Pero además, me encanta cómo se transforma permanentemente. Ha aceptado su brutalidad, al bárbaro que lleva dentro, y ha entendido que esa es una de las razones por las que es el líder y por lo que ha logrado sobrevivir hasta ahora.
¿Cómo es trabajar en una serie donde nunca se sabe a quién le tocará irse?
Esa es la parte más dura. Es como ocurre en la pantalla, detestamos perder gente. Y por eso cada vez que uno se tiene que marchar, organizamos algo que llamamos “la cena de la muerte”. Es lo único malo que tiene participar en esta serie y por eso organizamos esas cenas, en las que el que se marcha llega todo vestido de negro. Claro que tenemos que tener mucho cuidado, porque nos estan observando todo el tiempo y no queremos que se sepa a quien le tocará irse. Lo cierto es que ha sido muy duro despedir a Jon Bernthal, a Jeff DeMunn. Cuando se fue Sarah Wayne Callies nos sentimos desgarra- dos y lo mismo pasó con Laurie Holden. Yo extraño horrores a Scott Wilson, el actor que hacía de Hershel...
¿Cuál ha sido su experiencia más memorable matando zombis?
La primera, sin duda. Estábamos en una gasolinera y me pasé toda una mañana tratando de preparar a una niña de 10 años para una experiencia tan traumática como que ella era una zombi y la tenía que matar. De pronto la niña me miró hastiada de que diese tantas vueltas y me dijo que era la tercera vez que interpretaba a una zombi, que la matara de una vez. Ahora
matar zombis me resulta mucho más fácil, sobre todo porque en la serie los humanos se han convertido en la peor amenaza que deben enfrentar estos personajes. Ellos son la parte más oscura de esta pesadilla.
¿Cómo te llevas con los extras que hacen de zombis? Es interesante. Quienes los interpretan son una raza aparte. Tanto los que aparecen en las escenas de acción como los que ves en el fondo de una escena son verdaderos fanáticos. Llegan muy temprano, se acuestan en el suelo a pesar de los insectos y las pulgas y no se quejan del calor insoportable que suele hacer en Atlanta, donde filmamos. Me ha pasado tener que dispararle a uno con mi Colt y que luego viniera a pedirme el casco vacío, con un marcador en la mano para que se lo firme.
¿Cuánto cree que puede llegar a durar esta serie? Yo creo que mientras mantengamos el impacto emocional con ca- da personaje que se muere, la serie va a continuar. Creo que es así de simple. Si la audiencia no está conectada con estos personajes, que son el corazón de la historia, seguiremos. Esa es la razón por la que seguimos hablando de The wal
king dead seis años después de haber empezado.
¿Qué opina de la posibilidad de que se haga una película basada en la serie? Robert Kirkman ya ha firmado un contrato con Universal. Que sería fabuloso. Es algo de lo que siempre hemos estado hablando y que a mí me encantaría hacer, porque sería maravilloso ver algo de nieve. Un poco de invierno no nos vendría mal. Me alcanza con no tener que filmar en Atlanta donde la temperatura habitual cuando grabamos la serie es de 37 grados. Hablando en serio, lo bueno es que eso nos permitiría jugar de otra manera con las formas, los tiempos y la cronología, y tal vez redescubrir personajes que ya no están en la serie. Ciertamente con ese formato podríamos hacer algo tan interesante como ambicioso. Sobre todo porque podríamos incorporar las 60 horas que llevamos contando esta historia.
“Organizamos ‘la cena de la muerte’ en las que el que se marcha llega vestido de negro”