Diógenes de Sínope y la CUP

DIÓGENES de Sínope se conformaba con poco: vivía en un tonel y llevaba un manto por toda vestimenta, pero tenía sentido del humor y resultaba un astuto polemista. Si hubiera nacido 2.400 años después, igual sería de la CUP en lugar de ser uno de los talentos de la escuela cínica. La historia relata que el rey Alejandro Magno a caballo se lo encontró sentado al sol en las escaleras de una calle de Corinto. –Yo soy Alejandro Magno, ¿quién eres tú? –Diógenes el Perro. –Pídeme lo que desees. –Apártate, que me tapas el sol. Escuchando a algunos negociadores en las reuniones de Junts pel Sí y la CUP –esas que todo el mundo dice que van tan bien pero sólo van–, se ve que deben de parecerse bastante a ese diálogo entre el rey de Macedonia y el austero filósofo. Unos están dispuestos a ser generosos para conseguir que Artur Mas sea de nuevo president y los otros no tienen pri- sas, ni muchas ganas, así que se lo toman con calma y marcan perfil ante la prensa. De momento, han conseguido que los negociadores se quiten la corbata y que no pierdan la esperanza. Se les va a hacer largo, porque entre los liberales de CDC y los anticapitalistas de la CUP hay la misma distancia que entre Diógenes y Platón. El padre de los cínicos no soportaba que Platón, un filósofo, viviera en una casa cómoda, llena de objetos bellos. Así que un día de mucha lluvia entró como una furia en su dormitorio y con los pies embarrados pisoteó mantas bordadas y alfombras. E incluso volvió a salir para ensuciarse más y regresó para saltar sobre las esteras. “Pisoteo el orgullo de Platón”, gritó Diógenes. “Con el mismo orgullo”, le respondió Platón sin inmutarse. Esperemos que las negociaciones entre Junts pel Sí y la CUP no estropeen la moqueta ni el futuro del país. Aunque en este caso no se sabe quiénes son los cínicos. ¿O sí?