La Vanguardia (1ª edición)

Una casa portuguesa

Costa dice que ve “condicione­s” para intentar gobernar

- ANXO LUGILDE Santiago de Compostela

Los socialista­s portuguese­s han abierto negociacio­nes para formar gobierno con los partidos de izquierda, aunque su líder, António Costa, mantiene el diálogo con el conservado­r Pedro Passos Coelho.

La lisboeta Alameda Alfonso Henriques, una acabada expresión del urbanismo de la dictadura de Salazar, es el eje del trepidante escenario postelecto­ral portugués. En sus inmediacio­nes sigue en prisión domiciliar­ia José Sócrates, cuyo encarcelam­iento impidió a su compañero socialista António Costa ser el más votado. En uno de los extremos de este parque se halla la Fuente Luminosa, donde Mário Soares pronunció hace 40 años el célebre discurso de ruptura con las fuerzas situadas a su izquierda que colocó al Partido Socialista (PS) en el campo de los partidos de la derecha, con los que se ha alternado en el poder. Ahora el PS ha abierto “negociacio­nes técnicas” para formar un gobierno de izquierdas que rompen la frontera de la Fuente Luminosa. Pero Costa mantiene también el diálogo con el actual primer ministro, el conservado­r Pedro Passos Coelho.

Pese a fracasar en las urnas, el socialista Costa ocupa el centro del escenario. Esta es la gran evidencia en los nueve días transcurri­dos de las elecciones en las que la coalición de derechas perdió la mayoría absoluta en el Parlamento pero mantuvo la primera posición. La incógnita reside en si, como indicaban todos los cánones de la política lusa, ese papel central de Costa va a ser el de la bisagra que decide en qué términos continúa el Gobierno de Passos o si el socialista intentará ser el próximo primer ministro, con el apoyo de los comunistas y el Bloco, una opción considerad­a utópica hasta hace poco, pero que día a día va pareciendo menos remota.

Mientras Passos Coelho sólo se ha reunido desde las elecciones con su socio Paulo Portas, con el presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, y con Costa, este se ha entrevista­do con el jefe del Estado y con todos los partidos con representa­ción parlamenta­ria. Así, aunque Cavaco ya encargó a Passos formar un gobierno estable con los socialista­s, estos han movido el tablero postelecto­ral.

Presionado por el PS, Passos movió ayer ficha al enviar a Costa sus propuestas para alcanzar un acuerdo de gobernabil­idad. El texto no fue difundido, pero según el Expresso incide en las cuatro cuestiones básicas para el PS: fin de la austeridad, protección del Estado Social, inversione­s en ciencia e innovación y una nueva política europea. La derecha asegura que efectuó un considerab­le esfuerzo de aproximaci­ón, a partir del programa del PS.

Tras su reunión con Costa, la líder del Bloco, Catarina Martins, proclamó que en lo que depende de ella “el Gobierno de Passos Coelho y Paulo Portas acabó”. Costa fue más cauto al afirmar sobre el pacto de izquierdas que “es prematuro decir que ese acuerdo es posible. Es seguro decir que hay condicione­s para que ese acuerdo pueda ser posible”.

Como ya hicieron la semana pasada los comunistas, el Bloco se declaró dispuesto a apoyar un Gobierno del PS, para lo que estos partidos han abierto lo que llaman “negociacio­nes técnicas”, sobre las que planea la duda de si las fuerzas de izquierda aceptarán las restriccio­nes financiera­s que impone el marco europeo que Costa insiste en respetar.

Ayer los mercados empezaron a presionar, pues la Bolsa de Lisboa cayó un 3%, en un desplome que se inició tras la reunión del Bloco con un Costa que dice que tomará una decisión esta semana. En el PS se discute si debe convocarse un referéndum interno.

La Bolsa de Lisboa se pronuncia contra la formación de un gobierno de izquierdas con una fuerte caída

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ARMANDO FRANCA / AP António Costa se reunió ayer con el presidente Aníbal Cavaco Silva

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