Cambiar el calendario
No tiene sentido. En esta jornada de partidos de fútbol de selecciones se han lesionado, entre otros, Schweinsteiger, Götze, Benzema, Modric, Morata, Pogba, Ivanovic, Matic, Silva, Agüero o David Luiz. El calendario está mal construido, pero el verdadero debate es de concepto.
Los dos organismos potentes que gobiernan el fútbol mundial, la FIFA y la UEFA, están salpicados de casos de corrupción pero ambos siempre habían mantenido una teoría que permanece. Creen que hay que enganchar a las pequeñas selecciones con las grandes para que el fútbol crezca. Una cuestión es la élite y otra la base, pero lo más importante es que Alemania, actual campeona del mundo, pueda jugar contra Gibraltar y que Albania se pueda clasificar para la fase final de la Eurocopa o que Burundi y Seychelles compitan. Forma parte del espíritu fundacional. Pero el fútbol ha evolucionado.
Primero habría que reducir las competiciones. Con Eurocopa, Copa América y Mundial bastaría. La Copa Confederaciones o la Copa Oro sobran. Luego habría que establecer un handicap a selecciones históricas. Debería haber un número de equipos que jugaran las fases finales de la Eurocopa y el Mundial sin tener que clasificarse. Las selecciones de ranking menor podrían acceder, pero estas sí, jugando una clasificación. No puede ser que Holanda no esté en Francia y que San Marino haya encajado 34 goles en 9 partidos (sin incluir el de ayer) o Gibraltar, 56 en 10.
Hay criterios suficientes para elegir a las top y es necesario dejar unas plazas abiertas para quien se lo gane, pero hay que empezar a reducir el calendario de las fases de clasificación,
Urge reducir los partidos de clasificación de Eurocopa y Mundial y establecer un handicap
porque hay momentos en que ya no se sabe qué se está jugando, pero los futbolistas sí salen lesionados al cambiar el ritmo, la estrategia, los entrenamientos y aumentar los viajes a jugadores que no paran de jugar. Por ejemplo, los internacionales del FC Barcelona esta temporada jugarán dos partidos de Supercopa de España, uno de Supercopa de Europa (ya jugados), dos del Mundial de clubs si llegan a la final, toda la Liga, lo más lejos posible de la Champions y de la Copa y todos los enfrentamientos de selección, aparte de si han hecho gira con el equipo y los amistosos pertinentes.
La FIFA está descabezada, con el presidente acusado por el comité de ética y la UEFA, con su principal dirigente con los mismos problemas, pero el fútbol necesita gobernantes fuertes y medidas firmes y valientes. Ha llegado el momento en el que el “más de lo mismo” no sirve. O cambian el calendario o se cargarán un extraordinario juego que aún entusiasma al mundo.