Correr por la Gran Muralla o el círculo polar
Hay a quien no le basta correr el maratón en ciudades como Atenas, Amsterdam o Londres, o un medio maratón en Viena. Buscando nuevas emociones, los corredores aficionados a buscar otras pruebas por el mundo tienen ahora un terreno por explorar. Algunas agencias internacionales han empezado a comercializar productos que mezclan el deporte, la aventura y el turismo. Se busca lo excepcional, más allá de los clásicos y míticos maratones urbanos. Así ha surgido por ejemplo el conjunto de carreras denominadas adventure marathons, que se corren por la Gran Muralla china, en el círculo polar, junto a los glaciares de Groenlandia o en Sudáfrica, en la sabana africana. Suponen un viaje más exótico y una carrera distinta de la que se hace habitualmente en entornos urbanos. Los organizadores prometen emociones fuertes. Entre estos maratones, uno que discurre por la antigua ciudad de Petra, en Jordania, que lleva a los corredores por el árido desierto. En la mayoría de estas pruebas se ofrece a los maratonianos la posibilidad de correr también un medio maratón. Las inscripciones para el maratón que se correrá en la Gran Muralla china, en el mes de mayo del 2016, se acaban de abrir. La carga histórica se promueve también entre maratones como el del templo de Bagan, incluido en este calendario de carreras nuevas por el mundo. A diferencia de los grandes maratones, capaces de movilizar a 50.000 corredores, en este tipo de acontecimientos hay de todo menos aglomeraciones. La espectacularidad de los paisajes es uno de los atractivos de un producto aún con poco recorrido que quiere hacer de la novedad y la exclusividad uno de sus grandes reclamos. El suculento negocio generado por el fenómeno del running ayuda al parecer a agudizar la imaginación. Los precios se disparan, muy por encima de los 600 euros que se necesitan para correr un maratón por Europa o los 2.000 euros indispensables para experimentar la mítica distancia atlética en EE.UU.