Sánchez enfría la polémica y logra un respaldo resignado a sus listas
El fichaje de Lozano y la propuesta laboral cierran una semana “poco afortunada”
“Hielo”. Esto es lo que, en gráfica descripción de un presidente autonómico, aplicó ayer Pedro Sánchez al comité federal del PSOE para tratar de mitigar las inflamaciones e irritaciones internas causadas tras una semana, como admiten incluso en Ferraz, “poco afortunada”.
Si para el Gobierno y el PP fue una semana horribilis, el PSOE tampoco estuvo muy fino aunque pasara más desapercibido, según asumen algunos de sus dirigentes más enfadados con la descafeinada propuesta de “voladura controlada” de la reforma laboral, pero sin tocar las indemnizaciones por despido, y con el sorpresivo fichaje para las listas electorales de Irene Lozano, exdiputada de UPyD, que muchos siguen sin digerir. No obstante, y pese a que el ambiente estaba “muy ca- liente”, a las puertas del 20-D primó la responsabilidad, cuando no la resignación, entre los líderes territoriales socialistas.
El comité federal del PSOE tenía ayer como objetivo ratificar las listas electorales selladas la noche anterior tras una tormentosa jornada. Por el fichaje de Lozano pero no sólo, ya que también hubo candidatos perjudicados y otros, directamente, sacrificados. Algunos líderes territoriales lamentan que Sánchez busque un grupo parlamentario de fieles, para el caso de que la tierra se abra a sus pies tras el 20-D. Otros critican el fichaje estrella de Lozano, sin comprender qué beneficio puede tener para Sánchez: “No tiene suficiente entidad para que discutamos de ella, no va a modificar en nada la tendencia del voto”. Ya la andaluza Susana Díaz, el asturiano Javier Fernández o el extremeño Guillermo Fernández Vara, entre otros, hicieron explícito su disgusto la noche anterior, así que ayer no quisieron reiterarlo. Y el comité federal, por abrumadora mayoría, aprobó las listas en bloque: de los cerca de 250 asistentes, sólo hubo tres votos en contra –los de Izquierda Socialista– y seis abstenciones.
Sánchez, eso sí, defendió su fichaje: “El PSOE no es sólo patrimonio de sus militantes, sino de toda la ciudadanía progresista que quiere cambiar España”. Previamente, el líder del PSOE sacó pecho al celebrar la recuperación de buena parte del poder territorial socialista sólo 447 días después de que fuera elegido secretario general. “2015 está siendo un mal año para la derecha y un pésimo año para los que querían un PSOE débil, porque 447 días después, somos un partido más fuerte y unido”, aseguró. “¡Aquí estamos, en pie, en marcha!”, clamó.
Y aprovechó para meter el dedo en el ojo al PP: “Montoro dice que hay dirigentes y militantes que se avergüenzan del PP. Nadie debería ir a votar con vergüenza ni confiar en quienes le avergüenzan. No lo merecen ellos ni millones de españoles honestos y trabajadores”.
Sólo José Antonio Pérez Tapias, en nombre de IS, sacó a relucir otro de los hitos de la semana del PSOE: el proyecto de derogación de la reforma laboral del PP, pero sin tocar la reducción de la indemnización por despido. Sánchez defendió sus tesis, si bien algún presidente autonómico mostró su extrañeza a la salida: “Está claro que no hay margen para subir la indemnización por despido, y por eso Pedro no tenía que haberse metido en este jardín y hacer tanta campaña de la derogación de la reforma laboral. Al final, sólo hemos cabreado a la derecha y a la izquierda”.
En la reunión, la líder de los socialistas vascos, Idoia Mendia, también quiso zanjar otro de los recientes incendios en el PSOE, y volvió a explicar la diferencia entre el concierto y el cupo vasco. Sánchez redirigió de nuevo el tiro hacia Rajoy, del que aseguró que lleva dos años “fuera de la ley” al no actualizar la financiación autonómica.
Pedro Sánchez, eso sí, evidenció en todo momento su confianza en la victoria: “Estoy seguro de que ganaremos las próximas elecciones y pronto habrá un gobierno que construya un futuro para la mayoría”.
El líder del PSOE atiza al PP: “Nadie debería ir a votar con vergüenza ni confiar en quienes le avergüenzan”