Apoyo matizado de ERC al plan municipal para abordar el ‘top manta’
El plan del Ayuntamiento de Barcelona para resolver, sobre todo por la vía de las políticas sociales, el conflicto del top manta –que se mantiene en la ciudad después de un verano que ha visto una auténtica explosión de la venta ambulante ilegal en las calles– ha en- contrado ya un apoyo, con matices, del grupo de ERC. Ayer, su portavoz, Jordi Coronas, celebró que el gobierno municipal trate el de los manteros como “un tema de ciudad”, aunque exigió que se concrete el circuito que se seguirá en cada caso.
Coronas recordó que la Confederació de Comerç ha planteado ayudar a la creación de medio centenar de puestos de trabajo en el sector comercial como vía de inserción laboral de personas que se dedican a la venta ambulante ilegal. A esta vía se accedería a través de programas de formación. Esta propuesta no entra en contradicción con el plan esbozado esta semana por la teniente de alcalde Laia Ortiz. Dicho plan también prevé la posibilidad de que un número indeterminado de vendedores ambulantes (no sólo manteros sino también lateros) puedan obtener licencias para ejercer la venta de manera legal en mercados ya existentes en la ciudad que todavía no se han concretado. El Ayuntamiento in- sistió ayer en que las personas que obtuvieran esas licencias tendrían que abandonar completamente la venta de productos falsificados para no seguir incurriendo en una ilegalidad.
El Ayuntamiento deberá precisar próximamente quiénes pueden acogerse a esta opción que, en cualquier caso, tendrá que tener unos límites muy claros para evitar el conflicto con las asociaciones de comerciantes, que si bien están dispuestas a colaborar en la solución del problema rechazan establecer una mesa de diálogo con el recién creado sindicato de manteros.
Muy distinta de la de ERC es la reacción del grupo municipal popular. Ayer, su presidente, Alberto Fernández Díaz, apuntó que “no se puede dar licencia al top manta, una actividad ilegal incluida en el Código Penal” y que “perjudica al comercio que paga impuestos y crea empleo”, además de deteriorar la imagen de Barcelona.
El Ayuntamiento garantiza que los manteros legalizados no podrán vender ningún producto falsificado