Marco Asensio sirve la reacción
El Espanyol doblega al Betis a domicilio con tres asistencias del balear y un buen papel del cuestionado Pau
Anoche tocaba la de cal, y el Espanyol volvió a brillar para protagonizar una reacción a la mala racha y peor imagen que había mostrado en los dos encuentros anteriores con goleada de regalo. Roco, Caicedo y Víctor Sánchez acabaron con el mal fario del Villamarín con tres goles regalo de Marco Asensio, el joven llamado a salvar la temporada al españolismo antes de su retorno triunfal al Real Madrid. Ahora sólo falta que el Espanyol salga de esta dinámica de acción-reacción y exhiba el oficio y el buen juego que demostró ayer con regularidad.
Fiel a lo que había adelantado, Sergio González apostó por la solidez y recuperó a Cañas para situarlo por delante de la defensa como un pivote más estático. También volvió Fuentes al lateral izquierdo, con la instrucción de no darse demasiadas alegrías por la banda, como Arbilla por la derecha. Mel, por su parte, consideró que para plantar cara a este Espanyol se bastaba y sobraba con un solo hombre en punta, Rubén Castro. Así que dejó en el banquillo a Rennella y dispuso a Joaquín como segundo punta con absoluta libertad de movimientos.
Pero no contaba el técnico local con que el Espanyol sacaría petróleo de la pizarra y de la gran ejecu- ción de las acciones a balón parado de Marco Asensio, otra de sus virtudes. Así fue cómo los visitantes marcaron en su primer acercamiento al área bética: una falta sobre Caicedo a unos cinco metros de la frontal se convirtió en un excelente servicio del mallorquín a Roco. Fue un balón al área pasado que el chileno cabeceó desde el área pequeña para adelantar a los suyos ya en el minuto 4.
Con la lección aprendida, Sergio ordenó a los suyos seguir con el plan inicial: controlar a los locales y encomendar sus acciones ofensivas a las contras por velocidad. Y la buena noticia fue que, esta vez, el Espanyol sí se demostró solvente a la hora de defender. Juntitos y ordenados, como mandan los cánones. Tan solvente como estuvo Pau bajo palos, a quien Rubén Castro en varias ocasiones y Joaquín quisieron poner a prueba. Cierto que cometió errores y el poste le salvó en una falta botada desde la frontal. Pero pasó con nota el examen y fue uno de los principales artífices de la reacción. De hecho, el choque que sufrió con un desbocado Petros y por el que requirió atención médica provocó un parón que detuvo, en buena parte, la reacción de un Betis muy vivo aún con el 0-1 en el marcador. Un choque entre Petros y Víctor Sánchez también contribuyó al parón y a que el Betis se descentrase en su mejor momento.
En ese primer tiempo, de hecho, aún fueron los españolistas quienes pudieron ampliar su ventaja al encontrar esos espacios que también le van al juego de toque y velocidad tan del gusto del míster blanquiazul, pero que tantas veces ha condenado a su equipo. Ayer, con un rival y un marcador propicio, Sergio pudo sacar pecho al ver cómo los suyos conseguían escapar de la presión adelantada de sus rivales.
El segundo tiempo siguió el mismo guión y Mel fue anoche quien pecó de inmovilismo al no hacer nada para desatascar el juego de su equipo. Y los blanquiazules, sin hacer otra cosa que lo que habían hecho antes del descanso, se encontraron con dos acciones consecutivas para matar el partido. Primero con una contra conducida por la banda por Marco Asensio –quién si no– que culminó en un centro raso que Caicedo se acomodó para batir por bajo a Adán. Justo en la siguiente acción de ataque, Marco Asensio de nuevo se sacó de la chistera un pase atrasado para que Víctor Sánchez no tuviese más que empujar el balón a las redes y sentenciar ya en el minuto 54. En otras circunstancias nadie habría dicho que el Espanyol no sufrió en esos cuarenta minutos mal contados que restaban de partido. Pero anoche, ni eso. Ya que el gol del honor bético a última hora ni maquilló el marcador ni acalló las protestas de la grada.
DOS FASES Los blanquiazules volvieron a sacar petróleo del balón parado y remataron a la contra