El piso del director de ‘ Charlie Hebdo’ fue robado, afirma una testigo
Sorprendente declaración de una mujer que se presenta como la compañera sentimental de Stéphane Charbonier, alias Charb, el director del semanario satírico Charlie Hebdo, asesinado junto con otras once personas, ocho de ellas colaboradoras de la revista, el 7 de enero, en el atentado yihadista que sacudió a Francia: tres días después de la tragedia, el sábado 10, el apartamento de Charb fue allanado y robado.
“Regresé al apartamento con el hermano de Charb y algunos íntimos, descubrimos que había sido visitado y robado, se habían llevado algunas cosas, entre ellas dibujos y su ordenador portátil”, explica la mujer, que no da su nombre, pero que ha sido reconocida por la investigación como la compañera sentimental de Charb, en una entrevista con Le Parisien. “Encontrar ese ordenador me parece indispensable, porque seguramente contiene informaciones útiles para la investigación, pero me asombra que los policías que escucharon mi declaración no se interesaran por ese aspecto”. “Un atraco al piso del difunto pocos días después del drama, ¿no merecería una investigación en profundidad?”, se pregunta la mujer, que confiesa su impresión de que “la verdad sobre el atentado todavía está lejos y quisiera hacer todo lo posible para que esa verdad estalle”.
Después de que inmediatamente después del atentado, la exministra de Sarkozy Jeannette Bougrab se presentara en televisión como la novia de Charb, en lo que fue desautorizado por la familia como un oportunista afán de notoriedad, esta otra mujer dice haber pasado con él los últimos cuatro años de su vida.
Charb, hombre de muchos amores, “rechazaba la misma idea de una relación seria y se veía como un eterno soltero”, explica la mujer. “Nuestra historia, como las que pudo tener con otras mujeres, no tenía nada de exclusivo”, explica. Sin embargo, dice, ella estaba en casa de Charb la víspera y la noche anterior al atentado. Aquella trágica mañana del miércoles, el dibujante salió de casa a comprar croissants. “Al regresar tenía un aire preocupado, me contó que había visto junto al portal un coche negro con los vidrios ahumados”. Charb le explicó también que había conseguido dinero de hombres de negocios de Oriente Medio para cubrir las deudas de la revista. “Otras personas e intereses podrían esconderse tras los hermanos Kouachi”, dice, citando a los asesinos, pero la policía no parece interesarse por ello.