Éxito del festival de cine de Sitges
CAMINO del medio siglo –este año ha celebrado su edición número 48–, el Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya se ha consolidado como un festival de referencia de este género, quizás el más importante, a escala mundial. Cada año ha ido a más en calidad y en cantidad de películas presentadas y en esta edición ha acumulado un nuevo éxito en su historia. Lo certifica que se hayan vendido hasta 75.000 entradas, un 11% más que en la edición anterior.
Al margen del palmarés de películas premiadas, la clave del éxito del festival de cine fantástico de Sitges está precisamente en la gran afluencia de público que registra; un público deseoso de ver buen cine, de divertirse, de conocer las nuevas tendencias de la filmografía del género y de los avances en la aplicación de las nuevas tecnologías al mundo audiovisual. Puede decirse que el certamen vive para el público y del público, en un clima de perfecta complicidad. Gran parte de los buenos directores del género, procedentes de todo el mundo, participan en el festival atraídos por la entusiasta participación de la gente, joven en su mayoría, que lo siente como algo suyo.
Si alguna crítica puede hacerse al festival de Sitges es que, en algunos momentos, puede parecer excesivo. Este año se han presentado 160 películas relacionadas con el género fantástico, de terror y de ciencia ficción, y, de ellas, un total de 36 han entrado en concurso, una cantidad elevada –en comparación con otros festivales internacionales– que dificulta el trabajo del jurado.
El eco del festival a escala internacional contribuye a afianzar el nombre de Sitges en el mapa mundial y, en este sentido, es un importante factor de promoción de la localidad, hasta el punto de que se ha convertido ya en una clara apuesta de futuro alrededor de la cual se han empezado a organizar también todo tipo de actos complementarios, desde presentaciones de libros hasta clases magistrales o fiestas. El festival ha demostrado ser una marca ganadora que hay que potenciar mucho más si cabe. Así lo ha entendido también la Generalitat de Catalunya al darle su apoyo, aunque la mayoría del presupuesto del certamen se financia con recursos propios y fondos procedentes del patronazgo.
La evolución del certamen lo ha convertido, asimismo, en uno de los mejores vehículos para dar a conocer el cine catalán y a sus directores. A partir de unos planteamientos sencillos, el festival ha adquirido una dimensión internacional y de calidad que ha sorprendido incluso a sus promotores, a quienes hay que felicitar por su trabajo.