Llefià clama por la accesibilidad
El Ayuntamiento de Badalona estudiará la instalación de escaleras mecánicas en las áreas más inaccesibles del barrio
Pasan los años y el tiempo hace mella en los vecinos del barrio de Llefià. La mayoría son personas mayores, agotadas por la compleja orografía que caracteriza esta zona de Badalona. Porque los años pasan y ellos están obligados a permanecer en su vecindario, cada vez más cansados de afrontar los grandes desniveles salvados por las largas escaleras que parecen interminables, un escollo en el disfrute de su jubilación. “Soy el vecino más joven de Sant Joan de Llefià y tengo 53 años”, afirma Jordi Mesa, presidente de la asociación de vecinos, para dar consistencia a la enésima reivindicación para materializar el compromiso que han ido adquiriendo, una a una, todas las fuerzas políticas que han pasado por el Ayunta- miento de Badalona: unas escaleras mecánicas.
La mayoría de los 12.748 residentes de Llefià son ancianos que han cuidado con esmero sus casas y jardines, pero que, cada vez menos, pueden disfrutar de su barrio. “Ya no pueden ni bajar a comprar”, detalla el presidente vecinal. La zona comercial a la que se refiere queda a tan sólo 300 metros de distancia. En el pasaje Albert Llanas, los ancianos se limitan a observar desde sus ventanas la gran pendiente que les impide garantizar su movilidad. “Es muy triste tener que depender de tus hijos o nietos para ir a comprar al supermercado de al lado”, comenta Salvador, un vecino del parque Gran Sol. Tal es el problema que la entidad vecinal ha llegado a impulsar un grupo de voluntarios los sábados por la mañana, para ayudar a los mayores del barrio a hacer la compra.
Pero Llefià no desfallece y vuelve a la carga como antaño solía con sus reivindicaciones vecinales. Aquellos viejos sindicalistas que en los años setenta clamaban por un salario digno ahora desempolvan las pancartas para reivindicar su derecho a una movilidad segura. Ya tienen las promesas, “ahora queremos hechos”. Decenas de vecinos claman por el mantenimiento de las viejas aceras que dificultan aún más su paso por los desniveles de la barriada. La nueva alcaldesa, Dolors Sabater, les escucha y eleva su reivindicación a la categoría de prioritaria, pero, por lo pronto, no se puede comprometer ante un proyecto que para los vecinos es vital y por el que están dispuestos a avivar su lucha, aunque ha comenzado a estudiarlo.
“Queremos una ciudad realmente cohesionada”, añade Oriol Lladó, concejal de Badalona Habitable en nombre del Consistorio. Asegura que Sant Joan de Llefià-Gran Sol es uno de sus “temas sensibles” que ansían afrontar durante su mandato. Han empezado a analizar las distintas opciones y puesto a los técnicos a trabajar para buscar la que podría ser mejor opción para el barrio: escaleras mecánicas o ascensores. Aseguran que han buscado en todos los cajones, pero lamentan que “durante tantos años de reivindicaciones no hubiera ningún proyecto” sobre la accesibilidad en Llefià. Por ello, son conscientes de que empiezan de cero para buscar fondos “donde los haya”. Si es preciso, “acudiremos a Europa” dispuestos a activar todos los mecanismos de financiación.