La Vanguardia (1ª edición)

El cáncer de su mujer, el otro frente de Passos

Laura Ferreira no oculta los efectos de la quimiotera­pia

- ANXO LUGILDE

Santiago de Compostela Portugal aún está digiriendo las fuertes emociones de las elecciones del 4 de octubre, las primeras que ganó la derecha en minoría y las primeras que han propiciado un incierto intento de formar un gobierno del Partido Socialista con el apoyo de los comunistas y el Bloco. Fueron unos comicios marcados por las imágenes del exprimer ministro José Sócrates votando tras salir de su prisión domiciliar­ia. Pero hubo también otras fotografía­s de gran impacto, las que le hizo la prensa por la mañana y por la noche a Laura Ferreira, la esposa del primer ministro en funciones, el conservado­r Pedro Passos Coelho. Fue la primera vez que Ferreira se dejó ver ante los medios en Portugal desde que el año pasado le diagnostic­aron un cáncer en una rodilla, del que se recupera con un tratamient­o de quimiotera­pia cuyas secuelas se reflejaban en su cabeza rapada, un afeitado que según la revista Visão le hizo su marido.

Ferreira fue a votar con su esposo a un centro educativo de Massamá, el barrio de Sintra donde residen. De la mano de Passos y con una muleta en la otra, después de que le implantase­n una prótesis, Ferreira no se quiso perder el rito matutino de la emisión del sufragio del candidato. Y tampoco faltó por la noche en la celebració­n en un hotel del centro de Lisboa de una victoria que se festejó con euforia, que se fue agriando ante la negociació­n de los socialista­s con la izquierda. Fereira se sentó en la primera fila, junto a la ministra Assunção Cristas, y salió después de la sala con su marido, cuya continuida­d en el cargo está más en el aire de lo que se pensó esa noche.

Ausente en la campaña, Ferreira fue protagonis­ta de la jornada electoral debido a su enfermedad. Pero ya había aparecido en público antes, en julio, con motivo de una visita oficial de su marido a las excolonias lusas Guinea-Bissau y Cabo Verde. El primero es el país en el que nació Ferreira, y el segundo, en el que residió de niña. Para ella era un viaje con una significac­ión especial. Pero en Portugal, donde la política es más sutil que en España, surgió la polémica sobre si Passos estaba usando la enfermedad de su mujer como un arma en la precampaña.

Ferreira habló de su enfermedad en un biografía oficial de Passos publicada en mayo por una asesora de prensa del partido del primer ministro, Sofia Aureliano. Contó que su trabajo de fisioterap­euta en un centro de rehabilita­ción de personas con deficienci­as le brindó una experienci­a para relativiza­r su caso. Aureliano presenta a Ferreira como “el puerto seguro” de Passos, su segunda mujer y madre de una de sus tres hijas, que se suman a la que había tenido la fisioterap­euta en su matrimonio anterior. Fue la relación entre las hijas lo que le acercó a Passos.

Nacida en Guinea Bissau, esta fisioterap­euta es la segunda esposa del primer ministro luso

 ?? PABLO BLÁZQUEZ DOMÍNGUEZ / GETTY ?? Laura Ferreira y su marido, Passos Coelho, el pasado día 4, acudiendo a votar en Lisboa
PABLO BLÁZQUEZ DOMÍNGUEZ / GETTY Laura Ferreira y su marido, Passos Coelho, el pasado día 4, acudiendo a votar en Lisboa
 ?? EUROPA PRESS / GETTY ?? Ferreira y la reina Letizia, el año pasado
EUROPA PRESS / GETTY Ferreira y la reina Letizia, el año pasado

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