La Vanguardia (1ª edición)

La mejor actuación de Pau López

El meta españolist­a reacciona a las críticas con una exhibición de profesiona­lidad y sentido común

- RAMÓN ÁLVAREZ Barcelona

Han sido días extraños, pero más por lo que se hablaba que porque me afectase a mí especialme­nte. Es normal que te critiquen, incluso que te silben, y eso puedes convertirl­o en una motivación para mejorar, porque yo tampoco estoy contento de mi rendimient­o en las primeras jornadas, lo peor es todo lo que se ha venido diciendo más allá de las críticas, y que no es cierto. Contra eso sólo te queda olvidarlo y mirar hacia delante. No hay más”.

El meta españolist­a Pau López ha tomado por fin la palabra para demostrar que fuera del campo es capaz de actuar con la misma serenidad y honestidad con que lo hace bajo los palos para ofrecer un recital de sentido común y una exhibición de inteligenc­ia emocional, sin más pretensión que salir al paso de una situación más incómoda que molesta para él y para su equipo.

Empezar la campaña como el meta más goleado de Primera y ser el triste protagonis­ta de la peor goleada encajada por el Espanyol en su historia como local es una situación difícil gestionar. Complicada en sí misma y necesariam­ente rodeada de críticas, no todas en el mejor tono. Que un portero de 21 años y debutante en la categoría lo asuma, digiera y se sobreponga para responder con la frialdad y profesiona­lidad de un veterano es algo fuera de lo común que dice mucho más de lo que ya se había escrito sobre este estudiante de Psicología que aparcó los estudios por el fútbol.

Tras la victoria solvente del Espanyol en el Villamarín, gracias en buena medida a su actuación, Pau podía haber entrado al trapo y tomarse una revancha merecida. Pero como siempre optó por la calma y la empatía ante una afición demasiado impaciente y una prensa acostumbra­da a interpreta­r a la ligera y a las veleidades de las redes sociales.

“Llevo ocho años defendiend­o este club, persiguien­do el objetivo de llegar al primer equipo y jugar y no tiraré la toalla porque me critiquen. Todo lo contrario. Estoy contento y feliz en este equipo –explicó tras el encuentro–. La situación ha sido muy extraña, ya que las críticas y las explicacio­nes que apareciero­n en la prensa sobre mi reacción a ellas cerrando mi cuenta de Twitter me pillaron por sorpresa cuando viajaba a Georgia con la sub-21 y se hizo una bola enorme”.

“El motivo de cerrar mi Twitter no tuvo nada que ver con recibir críticas, insultos ni nada de eso –prosiguió–. A mí nadie del Espanyol me ha tratado mal a través de Twitter, aunque se haya dicho lo contrario. Fue una decisión mía porque hacía tiempo que lo había desinstala­do del móvil y porque la verdad es que no me gustan las redes sociales”. A una lectura simplista, razones sencillas, como el propio Pau.

“No voy a negar que he pasado unas semanas complicada­s, más por un rendimient­o del que no estaba nada satisfecho que por todo lo

“Han sido días extraños por lo que se hablaba; las críticas ayudan, pero lo que hay más allá...”

que se ha dicho, que tampoco es agradable para nadie e incierto, pero he estado centrado en entrenarme y en jugar lo mejor que puedo –confesó el meta–. Tenía que demostrar que todo eso no me había restado confianza y dar muestra de lo que valgo”.

Sin ninguna duda en su valía, Sergio González no sólo lo alineó en Sevilla para que jugase uno de los partidos más complicado­s de su corta trayectori­a en la élite, sino que lo animó a que siguiese en el segundo tiempo pese a la contusión que sufrió en una rodilla antes del descanso. Como N’Kono, que regresó de Camerún tras enterrar a su hermano para estar en el Villamarín y que saltó como un resorte de la tribuna de prensa cuando vio que el meta tenía problemas para gestionar la situación a pie de césped.

“Lo pasado es pasado, de verdad, y yo no soy el protagonis­ta de nada. Quedémonos con la victoria del equipo, que tanto necesitába­mos, y dejémonos de revolver estas cosas”, zanjó entrada ya la madrugada del domingo, antes de irse renqueante hacia el autocar del equipo.

“No cerré mi cuenta de Twitter por unos insultos que no recibí, sino porque lo desinstalé del móvil”

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LLIBERT TEIXIDÓ Pau López durante una de las sesiones de entrenamie­nto del Espanyol

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