Beckenbauer niega la compra de apoyos
El excampeón mundial Franz Beckenbauer niega la compra de votos para asegurar la organización del Mundial del 2006 en Alemania. El kaiser del balón, presidente del comité organizador de aquel torneo, ha replicado con contundencia a las acusaciones de corrupción aparecidas en el semanario Der Spiegel.
“No mandé dinero a nadie para adquirir votos para conseguir que el Mundial de fútbol del 2006 fuera para Alemania. Y estoy seguro de que ningún miembro del comité de la candidatura lo hizo tampoco”, ha asegurado Beckenbauer en un comunicado distribuido ayer.
El semanario aseguró que, según informaciones a las que tuvo acceso y cuyas fuentes no revela, los organizadores del Mundial abrieron en 2000 una cuenta secreta en la que el entonces jefe de la multinacional alemana de artículos deportivos Adidas, Robert Louis-Dreyfuss, ingresó 10,3 millones de francos suizos.
El dinero se usó supuestamente para comprar los cuatro votos asiáticos, de los 24 del comité ejecutivo de la FIFA. Posteriormente, el comité organizador devolvió a Louis-Dreyfuss 6,7 millones de euros (7,6 millones de dólares al cambio actual) haciendo una triangulación financiera con ayuda de la FIFA.
La publicación sostiene que tanto Franz Beckenbauer, que fue jefe de la candidatura y del comité organizador, como el actual presidente de la Federación Alemana (DFB), Wolfgang Niersbach, que era uno de sus subalternos, estaban al corriente de las maquinaciones.
El pasado sábado, el mismo Niersbach ya había rechazado vigorosamente estas acusaciones, de la misma forma que lo hizo el que fue brazo derecho de Beckenbauer en el Mundial.
La FIFA dio el Mundial a Alemania por 12 votos, ante los 11 de Sudáfrica y una abstención sospechosa
En la votación para otorgar la organización de aquel torneo, la candidatura alemana se impuso de forma muy ajustada, con doce votos a su favor por once que apoyaron la opción de llevar el Mundial de fútbol a Sudáfrica. Uno de los 24 miembros que componían entonces el Comité Ejecutivo de la FIFA, el neozelandés Charles Dempsey, se abstuvo de forma inesperada en el último turno de las votaciones. Dempsey explicó que se negó a votar “debido a las insoportables presiones e intentos de soborno” de las dos federaciones en liza.