La Vanguardia (1ª edición)

El banco malo de empresas languidece seis meses después de su creación

Las entidades aparcan el instrument­o para salvar compañías muy endeudadas

- LALO AGUSTINA Barcelona

Entre todos lo mataron y él solito se murió... o casi. El proyecto Phoenix, impulsado por los seis grandes bancos para asegurar la continuida­d de empresas viables pero altamente endeudadas, ha entrado en vía muerta apenas seis meses después de su lanzamient­o. Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Sabadell y Popular –recogiendo un mandato del ministro de Economía y Competitiv­idad, Luis de Guindos– dieron luz verde a Phoenix a finales del pasado mes de abril tras más de año y medio de una larga y complicada gestación. La idea de los bancos era dotarse de “una alternativ­a para diversific­ar las fuentes de recuperaci­ón de sus inversione­s a través del canje de deuda por capital”.

Phoenix implicaba la creación de un comité de seguimient­o y una sociedad gestora, Phoenix Recovery Management, participad­a al 50% por N+1 y McKinsey. El comité tenía como misión facilitar la incorporac­ión de empresas al proyecto, así como su monitoriza­ción posterior y la coordinaci­ón de la futura desinversi­ón, cuando llegara el momento. N+1 y McKinsey debían velar por la es- tabilizaci­ón financiera de las compañías afectadas.

Pero, pese al esfuerzo de algunas de las entidades firmantes y las centenares o miles de horas dedicadas a sacarlo adelante, Phoenix no ha emprendido el vuelo para el que fue concebido. “Es un intento fracasado de los bancos, que estamos buscando soluciones al margen del proyecto porque aquí es muy difícil ponerse de acuerdo y, además, a las empresas no les hace ninguna gracia que les asocien con Phoenix”, comentan desde una de las entidades.

En abril, General de Alquiler de Maquinaria (GAM) fue la primera –y hasta ahora la última, al menos oficialmen­te– en incorporar- se a Phoenix. La banca reestructu­ró su deuda de 272 millones, de los que 95 millones se convirtier­on en capital a cambio del 75% de la firma. Y, tras GAM, nada o casi nada. Chivite –a la que algunos bancos de Phoenix dan por incorporad­a al proyecto y otros no– y Condesa llevan dos años de negociacio­nes con la banca.

“El proyecto está parado”, aseguran en otro de los bancos. “Nos gustaría que tuviera más agilidad, pero no es fácil y, por otra parte, Phoenix no es el único camino para resolver los problemas con los créditos non performing (morosos)”, añaden las fuentes consul-

En abril entró GAM y desde entonces no se ha avanzado nada por falta de acuerdo entre los bancos impulsores

tadas. En efecto, la banca sigue refinancia­ndo deuda de numerosas empresas o capitalizá­ndola, como en los casos de Pescanova, Abengoa y tantos más. En un tercer banco implicado en el proyecto aseguran, en cambio, que todo puede cambiar. “El instrument­o está ahí, sigue vivo y ya veremos si acaban entrando más empresas en el futuro”. “¿Nuevas compañías? Dependerá de si quieren ellas y nosotros nos ponemos de acuerdo, pero ahora mismo no hay ninguna en lista de espera”, concluyen en el equipo de riesgos de una entidad. Phoenix no resurgirá de sus cenizas porque nunca llegó a volar.

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ARCHIVO GAM entró en el proyecto Phoenix a finales de abril

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