El conseller Puig ve “líneas rojas” en el pacto con la CUP
El titular de Empresa avisa que son modelos económicos “incompatibles” Cree que el 20-D puede abrir otros escenarios de negociación
Felip Puig, conseller de Empresa i Ocupació de la Generalitat, expresó ayer ante un público mayoritariamente empresarial su enorme escepticismo sobre la posible evolución de las negociaciones que mantienen Junts pel Sí –candidatura formada por CDC y ERC– y la CUP, para pactar la investidura de Artur Mas como próximo presidente de la Generalitat. Unas afirmaciones que los presentes recibieron con evidente complicidad.
Puig defendió su convicción de que ese acuerdo sobre la gobernabilidad en Catalunya es “muy difícil” puesto que el “modelo económico de Junts pel Sí y el de la CUP son muy diferentes, en algunos aspectos claramente incompatibles”. El miembro del Govern que preside Artur Mas añadió que “me parece que hay algunas líneas rojas que nosotros no podemos cruzar”, en referencia a los posibles pactos sobre un hipotético programa de gobierno, en aspectos de política general y, especialmente, de la económica.
A la vista de ese escenario, Puig ha vaticinado un Govern de Mas en funciones de “al menos dos meses y medio o tres”, puesto que ha descartado un acuerdo para la investidura en las dos votaciones iniciales en el Parlament, la primera que requiere mayoría absoluta en un pleno como máximo el 9 de noviembre, y la segunda, dos días después, en este caso por mayoría simple.
En esta tesitura, el conseller puso sobre la mesa el hecho de que, en los dos meses de plazo para investir un president, el calen- dario catalán se solapa con el calendario electoral español y apuntó que los comicios del 20 de diciembre abrirían el abanico de opciones de negociación con otras fuerzas políticas diferentes a la CUP. Según Puig, este escenario alternativo no pasaría en ningún caso por acuerdos con formaciones como Ciutadans, a la que consideró también muy alejada de las posiciones defendidas por Junts pel Sí.
El dirigente nacionalista realizó sus declaraciones en un almuerzo coloquio en el monasterio de Sant Benet en el marco de un debate organizado por Esade y la Fundació Catalunya La Pedrera, sobre la realidad de las organizaciones empresariales catalanas. Precisamente por ello, la mayoría de los presidentes eran dirigentes empresariales vinculados a las patronales Foment, Pimec, Cecot o las cámaras de comercio, todas ellas muy críticas con el mero hecho de que se prevea una alianza de gobierno o un simple alianza con la CUP. Puig compartió esa distancia con su auditorio.
Desde Convergència, se entiende la reflexión de Puig como un intento de capitalizar lo que expresan algunos entornos del partido reticentes con un posible acuerdo con la formación de la izquierda radical. En esta línea, recuerdan que Artur Mas tampoco no es un fan de la CUP pero lamentan que las declaraciones del conseller puedan influir en unas delicadas negociaciones en las que está en juego la investidura del president y la hoja de ruta independentista.
A pesar de que Puig no ve viable un acuerdo rápido entre Junts pel Sí y la CUP, tanto CDC como ERC eran partidarios de cerrar las negociaciones antes de arrancar la campaña de las elecciones generales. Junts pel Sí recogerá el guante de la CUP, que ayer se posicionó a favor de un acuerdo rápido y planteará acelerar las negociaciones.
El titular de Empresa cree que las elecciones generales pueden abrir las opciones de negociación