La economía china sólo crece un 6,9% hasta septiembre
El PIB confirma la desaceleración del gigante asiático
La economía china confirmó ayer los peores presagios. Su ritmo de crecimiento en el tercer trimestre fue el más bajo de los últimos seis años. Es el colofón de una serie de datos negativos que ratifican los problemas que atraviesa la segunda potencia mundial. Un panorama que añade presión a las autoridades de Pekín para que adopten nuevas medidas para evitar una mayor desaceleración.
La oficina Nacional de Estadísticas de China (ONE) dio a conocer ayer una batería de resultados sobre la evolución de la economía del gigante asiático en el tercer trimestre del 2015 que alimenta- ron la inquietud sobre el estado de salud de la segunda economía mundial. El crecimiento del PIB fue del 6,9%, la más baja desde la crisis financiera del 2009. Las autoridades chinas atribuyeron esta rebaja del crecimiento “a las crecientes presiones bajistas” que afronta el país y a una recuperación de la economía global “más débil de lo esperada”.
Este resultado confirma que la economía china profundiza su ralentización y avanza a un ritmo más lento de lo estimado por Pekín, que para este ejercicio se ha propuesto como objetivo que el PIB crezca un 7%. Esta cifra se alcanzó en el primer semestre del año, pero cada vez parece más difícil de conseguir para el conjunto del ejercicio.
La mayoría de analistas sostienen que el gigante asiático cerrará el 2015 con una tasa del PIB por debajo del 7%. “El crecimiento económico de China sigue siendo lento, con muchos problemas por resolver”, señala el economista jefe para China del banco ANZ, Liu Ligang. “No debemos ser demasiado optimistas. El crecimiento económico de China continuará debilitándose” y estimó que el PIB se expandirá un 6,8% este año. Un pronóstico en el que también coinciden los expertos del banco de inversiones Nomura debido a que “no hay evidencia de una recuperación duradera en los próximos meses”, según una nota de análisis.
El resto de resultados dados a conocer ayer confirman la debilidad de la economía china y avalan las estimaciones de los expertos. La producción industrial volvió a dar muestras de flaqueza y creció un 5,7% interanual en septiembre, frente al 6,1% de agosto, el ni- vel más bajo de los últimos seis meses. Un resultado que el portavoz de la ONE, Sheng Laiyun, atribuyó “al persistente exceso de capacidad del sector manufacturero, que seguirá presionando a la baja a corto plazo”.
Las inversiones en activos fijos, un motor clave de la economía china, que mide la actividad inmobiliaria y en infraestructuras, se desaceleró hasta el 10,3%, frente al 10,9%. Muy lejos del objetivo del 15% marcado por las autoridades chinas para todo el año y el peor dato desde el 2000.
El sector servicios, que durante la primera mitad del año creció un 8,4%, permaneció invariable hasta septiembre. El dato impulsó a los más optimistas a considerar que el desplome de los merca- dos bursátiles este verano y la devaluación inesperada del yuan habrían tenido un impacto mínimo. Para otros, alimenta las especulaciones sobre la poca fiabilidad de los datos oficiales que publica Pekín.
Sólo las ventas minoristas rompieron la tendencia. Crecieron un 10,9% interanual en septiembre, una décima más que en agosto. Las realizadas por comercio electrónico se dispararon y crecieron un 36% en tasa interanual.
Ante este panorama, todos los analistas coinciden en señalar que las autoridades chinas se verán obligadas a adoptar una política monetaria más flexible y a realizar nuevos descensos de los tipos de interés y de las reservas obligatorias impuestas a los bancos con el fin de estimular el consumo y los servicios y apuntalar la actividad económica.
Los analistas esperan que Pekín adopte nuevas medidas para reactivar la actividad económica