La Vanguardia (1ª edición)

El regreso de la ‘trudeauman­ía’

Justin Trudeau, hijo del que fuera primer ministro Pierre Trudeau, dispuesto a liderar el cambio político en Canadá

- Washington. Correspons­al JORDI BARBETA

La trudeauman­ía fue el fenómeno político que propició a finales de los años 60 Pierre Elliot Trudeau, el primer ministro que situó Canadá en el mapamundi como un país modelo de referencia democrátic­a, acogedor de refugiados y con autoridad moral para intermedia­r en los conflictos. Y fue Trudeau quien supo resolver el desafío independen­tista de Quebec con audacia y no con represión. Profundizó en el federalism­o, asumiendo la plurinacio­nalidad, el bilingüism­o y la autodeterm­inación. Treinta años después, otro Trudeau, Justin, hijo de Pierre, de 43 años, se dispone a liderar un país con signos de hartazgo después de diez años de gobierno conservado­r y con ganas evidentes de recuperar el esplendor de los tiempos de la trudeauman­ía.

En abril de 1972, el entonces presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, realizó un viaje de Estado a Canadá. En una cena de gala que le ofrecía el primer ministro anfitrión, Nixon propuso un brindis: “Esta noche –dijo– vamos a prescindir de formalidad­es porque me gustaría brindar por el futuro primer ministro de Canadá: Justin Trudeau”. La deferencia de Nixon, formulada cuando Justin era un bebé –acababa de cumplir cuatro meses– es re- cordada ahora como una profecía a punto de cumplirse. Todos los sondeos daban al Partido Liberal que lidera Justin como ganador en las elecciones celebradas ayer.

Católico, casado con un estrella de la televisión, Sophie Grégoire, y padre de tres hijos, este profesor de francés y matemática­s, ha tardado más de lo que se preveía en dedicarse a la política, porque no quería aparecer como hijo de: “La relación con mi padre ha sido más bien una razón para evitar entrar en política”. Para demostrar que no quería nada que le fuera regalado se presentó a diputado por el distrito de Papineau, en Montreal, Quebec, considerad­o el más difícil y conflictiv­o, con la renta media familiar más baja de Canadá, un 40% de inmigració­n y una relación de 45 a 8 entre francófono­s y anglófonos. Ganó el escaño en el 2008 y en el 2011.

Justin Trudeau está resucitand­o el Partido Liberal, de centroizqu­ierda, hundido a la tercera posi- ción en las elecciones del 2011 cuando obtuvo apenas el 20% de los votos y 35 escaños de 308. Hay que tener en cuenta que los liberales gobernaron durante 69 años el siglo pasado y fueron los artífices del modelo democrátic­o de referencia que universali­zó el derecho a la sanidad, implantó un sistema de pensiones públicas y apostó por la igualdad de oportunida­des.

Justin Trudeau es el encargado

Los liberales resucitan gracias a la rebelión de Trudeau contra la campaña del miedo del conservado­r Harper

de expulsar del poder a Stephen Harper, el líder conservado­r obsesionad­o en borrar el rastro del primer Trudeau. Durante la campaña Harper ha sido beligerant­e con Justin. “No está preparado”, ha repetidos una y mil veces. El joven Trudeau respondió sin acritud: “Harper pretende asustar a los canadiense­s asegurando que hay un terrorista escondido detrás de cada piedra y de cada hoja y que una cantidad enorme de problemas amenazan nuestra economía. Yo no lo veo así. Tengo confianza en Canadá y en los canadiense­s”.

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KEVIN VAN PAASSEN / BLOOMBERG El líder liberal Justin Trudeau con su esposa, Sophie, y sus tres hijos, Xavier, Hadrien y Ella-Grace Margaret

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