¡Chaparro, presente!
No tenía ni idea de quién era Pedro Chaparro, el político (por decirlo de algún modo) que en el acto de afirmación fascista de hace una semana en Montjuïc amenazó sin vergüenza alguna a Jordi Borràs –periodista que documenta los movimientos de extrema derecha en Catalunya y sus conexiones con algunas plataformas españolistas–. Como flipé con la naturalidad con la cual, ahora y aquí, se puede invitar a agredir a alguien (“Os pido a todos que miréis a vuestro lado y, si está, le deis un capón, no muy violento, no vaya a ser que os vayan a detener, pero dadle una buena hostia y que se vaya”), el tipo me interesó.
Chaparro empezó a militar en Democracia Nacional en Alcalá de Henares. En su pueblo pronto se hizo con “el mando” de las juventudes (“muy aguerridas”, afirma con una sonrisa) y, pasado el tiempo, se ha convertido en vicepresidente, responsable de juventudes y en las últimas elecciones europeas fue de cinco en las listas de su partido. Contra “las ratas” –el contubernio islámico, separatista y la ultraizquierda–, defienden un programa de un nacionalismo español racista y reaccionario. Una de las ideas que fundamentan la militancia en este “movimiento patriótico” (lo ha expuesto en la librería Europa de Barcelona) es que España es un “experimento de la globalización”, pero no nos enteramos porque se ha perdido la perspectiva como consecuencia de la “dictadura encubierta” que impuso “el régimen del 78”. Así asistimos impertérritos, obnubilados como estamos, a la generalización del “racismo antiespañol”.
Para despertar conciencias fue uno de los que en el 2013 boicotearon la Diada en la librería Blanquera de Madrid. El 14 de septiembre pasado, orgulloso, participó en la celebración pública de aquella acción violenta. Así cerró su discurso: “Os animo a todos a realizar acciones del tipo Blanquerna, que sientan el miedo en sus entrañas, que vean que con España y los españoles no se juega porque nuestra patria no está en venta”. Las fotografías ellos mismos las colgaron en la red. De vez en cuando conviene recordar quiénes son los fascistas. “La juventud está a punto de despertar, porque no somos tontos”, sostiene.