La vacunación de la gripe comienza para evitar agravamientos en enero
La vacunación de la gripe acaba de comenzar en Catalunya con la intención de que todos los mayores de 60 años y todos los menores de esa edad que tengan factores de riesgo se protejan. “Porque lo que pretende esta vacuna que hay que repetir cada año, y que cada año es diferente porque incluye cepas distinas de virus, es evitar las complicaciones que provoca la enfermedad”, explica el epidemiólogo y director de Calidad y Seguridad asistencial del hospital Clínic, Antoni Trilla.
El año pasado enfermaron 458 personas por cada 100.000 habitantes, lo que es más o menos como otros años. La mitad de ellos, personas que estaban en instituciones cerradas (residencias, centros sanitarios de larga estancia) “y de los 484 casos graves que tuvimos, el 70% no estaba vacunado”, resalta la subdirectora de Promoción de la Salud, Carmen Cabezas. Pero el otro 30% sí y, a pesar de todo, enfermó de gripe y eso agravó su estado de salud. “La vacuna de este año incorpora dos nuevas cepas con lo que esperamos que sea más efectiva que la del año pasado”. Tendrá la cepa del virus de la pandemia del 2009 (el de la gripe A) así como otro A, el H3N2, y un B que han estado circulando en el hemisferio sur. La eficacia de esta vacuna no suele ser superior al 70%.
La vacuna empieza a ponerse ahora para evitar al máximo complicaciones en enero y febrero, que es cuando suele extenderse la epidemia anual. “Entre los mayores de 60 no estamos mal, el 53% se vacuna. Entre los menores de esa edad , de 15 a 59 años, con enfermedades crónicas que pueden empeorar con la gripe, la cobertura no pasa del 21% y tenemos mucho margen de mejora”, indica Cabezas. “Pero sería importante que tres grupos que no tienen muy en cuenta su riesgo, se vacunaran: personas con obesidad mórbida, embarazadas y cuidadores y sanitarios, porque ellos son el vehículo de contagio de esas personas más vulnerables”.
Salut reconoce que no puede más que animar a la vacunación y apelar a la responsabilidad de los profesionales. “Tenemos pendiente el estudio en profundidad de por qué son tan reacios a vacunarse”, reconoce Alba Brugués, presidenta de la Associació d’Infermeria Comunitària. De momento tienen un seguimiento muy desigual: en los hospitales se vacunan más los médicos y en los CAP las enfermeras y en algunos centros no llegan al 7%, mientras en otros superan el 42%.