Acuerdo de los partidos contrarios a la independencia por la pluralidad en el Parlament
El Govern exige respeto a la elección de Forcadell para presidir la Cámara
La composición de la Mesa del Parlament y la posibilidad de que Junts pel Sí se haga con cuatro de sus siete representantes ha propiciado la primera acción unitaria de los partidos no independentistas que, salvando sus diferencias ideológicas y estratégicas, han consensuado un texto en defensa de la pluralidad en la Cámara. Ciutadans, PSC, Catalunya sí que es Pot y PP registran hoy en el Parlament un documento en el que reclaman a Junts pel Sí y la CUP que respeten los principios de “proporcionalidad y representatividad en los órganos de trabajo parlamentario y en la composición de la Mesa y las comisiones”.
La unidad de los cuatro partidos, que se fraguó entre el lunes por la noche y el martes por la ma- ñana, quiere ser un toque de atención ante lo que consideran “maniobras” de Junst Pel Sí para aplicar un “rodillo” en la Cámara.
Hoy por hoy, la mayoría independentista está asegurada, ya sea con cuatro representantes de Junts pel Sí (62 escaños) o con tres y uno de la CUP (10 escaños). Este reparto dejaría una vicepresidencia a C’s (25), y una secretaría para el PSC (17) y otra para Catalunya sí que es Pot (11), quedándose el PP (11 escaños pero 30.000 votos menos) sin representación.
Un reparto que no es del agrado de los cuatro partidos firmantes del acuerdo, que piden al Parlament que dé cumplimiento al artículo 59.3 del Estatut que determina que “los grupos parlamentarios participen en todas las comisiones en proporción a sus respectivos miembros”. En este sentido, el documento lamenta que Junts pel Sí quiera tener una mayoría absoluta en los órganos de la Cámara que “no obtuvo en las urnas” el 27-S.
Además de la composición de la Mesa, ha creado un profundo malestar el intento de la coalición que lidera Artur Mas de repartir sus 62 diputados de lado a lado en el hemiciclo, lo que entre otras cosas provocaría que C’s, segunda fuerza parlamentaria, quede alejada de los bancos posteriores a los del Govern. Por ello, el acuerdo cuatripartito exige que la Cámara reconozca la figura de “jefe de la oposición”, que en esta legislatura ostentará Inés Arrimadas, y que como ha pasado en las legislaturas anteriores se le “se le asigne el sitio en el salón de sesiones que se le merece”.
Este movimiento parlamentario coincide, además, con la polémica en torno a la decisión de Junts Pel Sí de presentar como candidata a presidir la Cámara a Carme Forcadell, expresidenta de la ANC y una de las personas claves en las multitudinarias movilizaciones ciudadanas del soberanismo. Entre el aluvión de críticas destacó ayer la de la vicepresiden- ta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, quien denunció que pese a que “la mayoría de catalanes” no votaron el 27-S en favor de la independencia tendrán como presidenta del Parlament de Catalunya a “una persona que no comparte sus tesis”.
Por su parte, el líder de C’s, Albert Rivera, tildó de “surrealista” este posible nombramiento y recordó que Forcadell ha afirmado públicamente que ni los votantes de la formación naranja ni los del PP son catalanes. “Una persona que desprecia así a centenares de miles de catalanes no puede ser nuestra presidenta”, dijo Rivera. Mientras, la portavoz parlamentaria del PSC, Eva Granados, rechazó el posible elección de Forcadell y puso en duda su capacidad, tendiendo en cuenta sus declaraciones en los últimos años, para representar un cargo que exige “transversalidad y pluralidad”.
El Govern salió en defensa de Forcadell en la rueda de prensa posterior al Consell Executiu. “Deberían respetar los nombres de las personas de la formación que ha ganado las elecciones, y con una buena mayoría y también debemos pedir respeto a la figura institucional de la presidencia del Parlament”, declaró la portavoz, Neus Munté.