La ONU acusa a Chequia de trato degradante a refugiados detenidos
El comisionado de Derechos Humanos cita retenciones de entre 40 y 90 días
La República Checa no forma parte de la ruta de los Balcanes que toma la gran mayoría de refugiados procedentes de Siria, Iraq o Afganistán en su intento desesperado de alcanzar Alemania y otros países pudientes más al norte. Pero, pese a no recibir a miles de migrantes como otros países balcánicos y centroeuropeos, Chequia registra llegadas de refugiados, y el trato que les dispensa mereció ayer una dura condena del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Said Raad Al Hussein.
En un comunicado fechado en Ginebra, el comisionado criticó como contrario a los derechos humanos el sistema checo de centros de detención de migrantes, que incluye a niños. “Las violaciones de derechos humanos de los migrantes no son casos aislados ni cuestión de azar, sino sistemáticos; parecen formar parte integrante de una política del Gobierno checo para desalentar a migrantes y refugiados de entrar en el país o de quedarse”, escribió Said Raad al Hussein. De los países de tránsito de migrantes (como Turquía, Grecia, Macedonia, Serbia, Croacia, Hungría o Eslovenia), Chequia es el único que “de modo rutinario detiene a los migrantes 40 días, a veces incluso 90 días, en condiciones descritas como degradantes”, sostuvo el comisionado.
En los primeros nueve meses del año, la policía checa interceptó a 7.201 migrantes, más del doble respecto al mismo periodo del 2014, según dijo la policía. Al tiempo, en lo que va de año, 1.115 personas han solicitado asilo en Chequia, según el Ministerio del Interior. Son cifras bajas para este país de 10,5 millones de habitantes, si se las compara con el alud diario en países balcánicos.
Aunque el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos se pronunciado varias veces sobre la crisis migratoria en Europa, es la primera vez que muestra tanta severidad con un Gobierno concreto. “La ley internacional es muy clara indicando que la detención debido a inmigración debe ser una medida de último recurso, y el Comité de la ONU para los Derechos de los Niños ha subrayado que la detención de niños únicamente por su estatus migratorio, o el de sus padres, constituye una violación, y no es justificable”, prosiguió Al Hussein.
El comisionado cita el centro de detención de Bela Jezova, a 80 kilómetros de la capital, Praga, descrito por el propio ministro de Justicia checo, Robert Pelikan, como “peor que una prisión”. También alude a un informe de mediados de octubre de la Defensora del Pueblo checa, Anna Sabatova, que contó casi cien menores en ese centro, sobre un total de 400 refugiados.
Sabatova denunció también que en Bela Jezova se priva a los recluidos de sus teléfonos móviles. Said Raad al Hussein juzga también “informaciones creíbles” las que han trascendido sobre migrantes cacheados para confiscarles las 250 coronas checas (casi diez euros) por persona y día que deben pagar. “El hecho de obligarles a pagar por su propia detención es particularmente condenable”, estimó la ONU.
Al Hussein expresó también inquietud por el discurso “crecientemente xenófobo” del presidente checo, Milos Zeman, y de otros gobernantes. Zeman dijo la semana pasada que los migrantes sólo aceptarían la charia, y que “las mujeres adúlteras serían lapidadas, y a los ladrones les cortarían las manos”, según el digital de noticias checo Novinky.cz. Su predecesor, Vaclav Klaus, reclama un referéndum sobre refugiados, y este mes fue claro ante la prensa: “No deberíamos dejarles venir aquí, y tenemos que enviarles de vuelta pronto”.
La República Checa ha recibido en lo que va de año a 7.201 migrantes, cifra baja respecto a los Balcanes y Hungría