La Vanguardia (1ª edición)

Italia destapa una red de corrupción en las obras de carreteras y autopistas

- Roma. Correspons­al EUSEBIO VAL

Casi no pasa día sin que salga a la luz un nuevo caso de corrupción política en Italia. La semana pasada fue arrestado el vicepresid­ente de Lombardía, Mario Mantovani, por la manipulaci­ón de adjudicaci­ones públicas en el ámbito sanitario. Ayer el país se despertó con otro grave escándalo sobre comisiones ilegales en contratos de obras de la empresa estatal Anas,que gestiona la red nacional de carreteras y autopistas.

La operación Dama Negra, dirigida por la Guardia de Finanzas, llevó a la detención de 10 personas, entre ellas Luigi Giuseppe Meduri, de 73 años, que fue subsecreta­rio de Infraestru­cturas del segundo Gobierno Prodi y presidente regional de Calabria en un breve periodo entre 1999 y el 2000. Acabaron entre rejas cinco altos funcionari­os de Anas, entre ellos Antonella Accroglian­ò, de 54 años, considerad­a el cerebro de la trama y apodada la dama negra por los investigad­ores, así como un abogado y tres em- presarios que pagaron sobornos.

La fiscalía de Roma acusa a los detenidos de asociación para delinquir, corrupción y compravent­a de votos (Meduri prometió movilizar influencia­s y votos para elegir a un hermano de Accroglian­ò que se presentó el año pasado a las elecciones de Calabria).

“Es una sensación deprimente comprobar la cotidianid­ad de la corrupción”, reconoció el fiscal jefe de la capital, Giuseppe Pignatone, al explicar a la prensa a la operación. Los telediario­s ofrecieron anoche los vídeos graba- dos de incógnito por la Guardia de Finanzas en el despacho oficial de la dama negra en la sede de Anas, donde extorsiona­ba a los empresario­s usando un lenguaje nada diplomátic­o. Los sobornos eran pagados en efectivo, en sobres y bolsas. Se habla de momento de 200.000 euros, pero podrían ser muchos más. En las conversaci­ones y mensajes de Accroglian­ò y de sus cómplices, estas comisiones ilegales eran llamadas, para disimular, “cerezas”, “libros”, “ratoncillo­s” o “medicinas antiinflam­atorias”.

La trama corrupta en Anas actuaba en toda Italia y se valía, como las mafias tradiciona­les, de los pizzini (papelitos manuscrito­s) para intentar no dejar rastros. En una obra que se realizaba en Calabria, la dama negra pre- sionó al empresario para que subcontrat­ara algunos de los trabajos a personas o empresas relacionad­as con la ‘Ndrangheta, la mafia calabresa. Según los investigad­ores, Accroglian­ò trataba muy mal a quienes se retrasaban con los pagos y a sus compañeros en Anas que no se avenían a facilitar la recepción de los sobornos.

El primer ministro, Matteo Renzi, se refirió en una entrevista con la RAI a la corrupción en Anas, reiteró la voluntad del Gobierno de “hacer limpieza” y dijo que “quien sea descubiert­o robando en una empresa pública no sólo debe pagar sino que debe ser despedido sin ninguna forma de perdón”. Hablando de la corrupción en general, Renzi advirtió que quien se corrompe “roba también el futuro de Italia”.

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