Cavaco desafía a la izquierda al nombrar primer ministro a Passos
El presidente tacha de “inconsistente” el pacto del PS, los comunistas y el Bloco
El presidente de Portugal, el conservador Aníbal Cavaco Silva, confirmó ayer a su correligionario Pedro Passos Coelho como primer ministro, por ser el candidato de la lista más votada y pese a estar en minoría en el Parlamento. Era un gesto esperado pero que se convirtió en todo un desafío a la mayoría alternativa que están articulando el Partido Socialista (PS), los comunistas y el Bloco de Esquerda, para promover al socialista António Costa como primer ministro. Cavaco calificó esta alianza como “claramente inconsistente”, porque incorpora a partidos “antieuropeístas” y auguró que “podría tener consecuencias financieras, económicas y sociales más graves”.
La decisión de Cavaco de nombrar a Passos como primer minis- tro estaba ya descontada por los partidos del centroizquierda, que ya habían anunciado su disposición a tumbarle en el Parlamento, cuando, como establece la Constitución, presente en el plazo de diez días su programa de gobierno. Éste puede ser rechazado por la mayoría absoluta de los diputados, un requisito que se cumple con los 86 escaños del PS, los 19 del Bloco y los 17 de los comunistas, que suman 122 sobre un total de 230 y frente a los 107 con los que cuenta la coalición conservadora de Passos Coelho.
La novedad no está en el contenido de la decisión de Cavaco, sino en la forma de comunicarla, pues se pronunció en términos muy duros contra el Bloco y los comunista. Afirmó que estas fuerzas llevan 40 años al margen de los consensos fundamentales de la democracia portuguesa, al oponerse al euro, a la disciplina presupuestaria, a las reglas de la Unión Europea y también a la existencia de la OTAN.
Cavaco lamentó que no se alcanzase un pacto entre los partidos que definió como “europeístas”, los dos de la coalición de derechas que encabeza Passos y el PS. También recordó que en el 2009 nombró primer ministro al socialista Sócrates, pese a que tenía sólo 97 diputados.
Ahora el siguiente paso está en manos del Parlamento donde a Passos sólo le podría salvar una en principio improbable rebelión de los diputados más centristas del PS que desobedeciesen a António Costa y se negasen a tumbar al primer ministro conservador. Por eso Cavaco apeló ayer a la conciencia de los parlamentarios para que actúen en función del “interés nacional”.
Aunque en el PS hay una gran marejada interna, de momento no parece que vaya a haber esa fuga de votos. Así que si el Gobierno de Passos cae a primeros de noviembre, Cavaco se enfrentará a una nueva decisión transcendental, la de nombrar primer ministro al socialista Costa, como cabeza de una alternativa mayoritaria en el Parlamento, gracias al aval del Bloco y los comunistas.
Las pistas que dio ayer Cavaco muestran que va a oponer resistencia a este gran cambio en la política lusa. Los constitucionalistas y analistas políticos debaten si hay otras alternativas, como la de dejar a Passos en funciones hasta la primavera, después de las presidenciales de enero, cuando ya se podrán convocar nuevas elecciones legislativas.
El jefe de Estado, conservador, augura “graves consecuencias” de un gobierno de Costa y se resiste a nombrarlo