La desigualdad en salud se concentra en 18 barrios
El informe de la Agència de Salut Pública enciende el semáforo rojo en zonas concretas en las que se necesita actuar
Una baja renta familiar, estar en paro o no tener estudios secundarios coinciden en el mapa de Barcelona con más mortalidad temprana, recién nacidos con menos peso, más madres adolescentes o incluso una esperanza de vida más corta que la media de la ciudad. Esta correlación es una evidencia que los responsables de la salud ciudadana conocen de sobra, pero ahora se ha concretado barrio a barrio en el último informe de la Salud de Barcelona, que realiza desde hace 31 años la Agència de Salut Pública.
“Esa información concreta, barrio a barrio y no sólo por distritos, nos permitirá adoptar medidas más directas y para ello tendremos un presupuesto de 300.000 euros”, resume la comisionada de Salud del Ayuntamiento, Gemma Tarafa.
Las medidas aún no están muy definidas, pero para empezar irán dirigidas a extender y reforzar los planes ya existentes que inciden en la salud sexual y reproductiva, las drogas, la actividad deportiva o el embarazo adolescente. “Pero también pretendemos impulsar reformas integrales que necesita Barcelona y que están en redacción”, apunta la comisionada. Una mesa sectorial, ampliar la atención a domicilio, atender a las necesidades de empleo. “Vamos en esa línea”, asegura Tarafa. “Entre Torre Baró y Pedralbes hay 11 años de diferencia en la esperanza de vida”.
Mientras las actuaciones se van concretando, el informe anual refleja una ciudad con zonas rojas, donde indicadores económicos que influyen en la salud y los propios indicadores sanitarios van peor o mucho peor que la media. Entre ellos están buena parte de los barrios de Ciutat Vella y Nou Barris, parte de Sant Andreu, un barrio de Sants-Montjuïc, uno de Horta-Guinardó y otro de Sant Martí. También señala unas zonas verdes donde ambos grupos de indicadores van mejor y que coinciden con las zonas de mayor renta. Entre ellos están los barrios de Les Corts y de Sarrià-Sant Gervasi, así como gran parte del Eixample. Y definen igualmente unas zonas amarillas donde algunos datos son peores, otros mejores y otros en la media.
También han encontrado pequeñas bolsas rojas en medio de zonas verdes o amarillas, como grupos de mujeres con elevadas tasas de enfermedades de trans- misión sexual dedicadas a la prostitución en medio del verde distrito de Les Corts.
“Estas grandes desigualdades en la salud de los barceloneses no se deben a los recursos, a la aten- ción sanitaria, sino a determinantes sociales que inciden en la salud”, insiste Tarafa. Aunque reconoce que los recortes han tenido impacto en el personal sanitario y que, por su parte, están estudiando las externalizaciones de los servicios sanitarios para devolverlos a la sanidad pública. “El informe lo hemos encargado a un servicio externo y lo tendremos en diciembre”
La gerente de la Agència de Salut Pública, Carme Borrell, señaló como cifras que siguen mejorando en la ciudad las de la tuberculosis (baja un 9%) , también los casos de infectados por el virus del sida (no enfermos), aunque recuerda que sigue diagnosticándose con retraso. También crece la esperanza de vida: en el 2013, 86,6 años para las mujeres (85,7 en 2012) y 80,7 años para los hombres (79,9 en el 2012).
Lo que empeora son las infecciones de trasmisión sexual, con una tendencia a crecer sostenida desde el 2007, sobre todo sífilis, gonorrea y linfogranuloma. La gran mayoría de afectados son hombres que tienen sexo con hombres en las tres infecciones. Entre las mujeres también crece, pero se mantiene en cifras muy alejadas de las de los hombres.
Los embarazos adolescentes han bajado y la mayoría acaba en aborto. La tasa de nacimientos, en cambio, es una cifra estable entre la población general y desciende un poco entre las adolescentes.
En cuanto a la calidad del aire, el informe muestra cómo los límites medios anuales de dióxido de nitrógeno, el contaminante del tráfico rodado que más daña la salud, se superan en dos puntos de mucho tráfico, en el Eixample y entre Gràcia y Sant Gervasi. “Aunque en otros parámetros como el de partículas pequeñas se cumplen con los valores límite, queremos rebajarlos y acercarnos a los niveles que recomienda la Organización Mundial de la Salud”, señaló la teniente de alcalde de Derechos Sociales, Laia Ortiz. “Nuestra línea de actuación está claramente dirigida a reducir el tráfico y reconvertir las actuales autopistas urbanas en verdaderas calles. Y eso es reducir coches, no hay otra”.
El área de Derechos Sociales destinará 300.000 euros a planes para corregir las grandes diferencias