Gigante agroalimentario
JOSÉ VALL PALOU (1949-2015) Presidente y propietario del grupo Vall Companys
José Vall Palou, presidente del grupo empresarial agroalimentario Vall Companys, falleció el pasado martes en Lleida a los 66 años tras una larga enfermedad. El empresario deja viuda, y tres hijos que se harán cargo del conglomerado de empresas y sociedades que recorren toda la cadena alimentaria. Este verano, José Vall Palou había reorganizado su holding patrimonial, Inversiones Fenec, domiciliada en Barcelona, transfiriendo la totalidad de las acciones a otra empresa, Invaes, con sede en Madrid, que amplió capital hasta los 535 millones de euros y se ha dividido en tres sociedades: Noma Invest, Cava Roure y Spirit Capital. Con este último movimiento, Vall Palou garantizaba un relevo generacional sin problemas a sus tres hijos, Meritxell, Josep y Òscar Vall Esquerda.
Vall Palou dedicó su vida a engrandecer el holding fundado por su padre y su tío, José María y Antonio Vall Companys, a mediados de los años 50 con la adquisición de la harinera La Meta. La producción de pienso y de harina para pan es la base del negocio, crucial para abastecer el gran crecimiento ganadero en Lleida durante los años sesenta y setenta. Vall Companys vendía su harina y se asoció con miles de ganaderos del porcino a los que suministraba cerdos y piensos, pasando posteriormente a la producción avícola. Durante los años 70, Vall Companys inició una expansión territorial creando Transegre, empresa de logística. También reinvirtió beneficios en la compra de grandes fincas agrícolas y de suelo urbano en la capital, donde sigue siendo uno de los propietarios con más inmuebles y solares. En los años ochenta, el grupo se expandió por Vic, Tarragona y Valencia –ahora tiene filiales y asociados en toda España– e invierte en investigación e innovación con la incubadora de huevos Pondex o los laboratorios para crear productos farmacéuticos, Mevet, así como el primer centro de inseminación porcina de Lleida. Un momento difícil para la imagen del grupo fue el conflicto que una de sus empresas, Agrolérida SA, mantuvo con los colonos de Montagut, una finca comprada a los canónigos de la Catedral de Lleida a espaldas de los agricultores, que plantaron cara a las pretensiones de Vall Companys de desalojarlos.
El año 1993, Vall Companys tenía el suficiente músculo como para intentar una aventura más allá del Atlántico con la adquisición de explotaciones porcinas en Oklahoma y Kentucky explotadas por Vall Incorporated, que no consiguió beneficios hasta el año 1999. Tres años más tarde se retiró del mercado norteamericano para centrarse en la Unión Europea y otros mercados.
José Vall Palou se hizo con el control de Vall Companys poco antes de la muerte de su padre, José María, cuando adquirió a sus primos, Ramon y Josep Maria Vall Pla (hijos de Antonio Vall Companys) todas sus acciones por 138 millones de euros. Durante los últimos quince años el grupo se consolidó incorporando mataderos de porcino y vacuno como Patel (Vic), Cárnicas Frivall (Cuenca) y Frimancha (Valdepeñas), salas de despiece avícola y matadero de pollos en Costa (Girona) y Torrent (Barcelona). También adquirió los centros de la multinacional francesa Doux en España y construyó nuevos centros de inseminación artificial porcina en Valladolid y una moderna fábrica de pienso en Egea de los Caballeros (Zaragoza). También se ha interesado por los elaborados del cerdo y más concretamente del ibérico. Hoy, el grupo empresarial factura más de 1.300 millones de euros al año.
José Vall Palou fue un fiel seguidor de la filosofía empresarial de su padre y se ha elogiado su visión estratégica del negocio agroalimentario e inmobiliario. Hombre discreto y tenaz, había sabido adaptar y modernizar lo que empezó siendo un pequeño grupo de harineras y granjas hasta convertirse en un gigante del sector.