Cristobal and The Sea, entre bossa nova y psicodelia
Es un grupo plurinacional afincado en Londres y con una corta carrera discográfica: de hecho, el pasado noviembre publicaron Peach bells, un EP de cinco temas que confirmó las magníficas sensaciones que suelen dispensar en sus directos, y hace unos días han alumbrado su primer álbum, Sugar now (City Slang). Ellos responden por Cristobal and The Sea, y son una pequeña sensación atípica dentro de la escena indie londinense de ahora mismo, empezando por su propia composición: el portugués João Seixas, la corsa Leïla Seguin, el británico Joshua Oldershaw y el español Alejandro Romero. Es precisamente este último, malagueño de 26 años y afincado en Inglaterra desde hace casi un decenio, el que explica que el cuarteto es antes que nada como una pequeña familia, amigos de raíz y algunos de ellos compartiendo vivienda londinense. Esta buena sintonía “se suele reflejar en parte de las letras de nuestras canciones, de estar juntos, de pasarlo bien, de ir de fiesta”. Aunque aún no pueden vivir de la música, reconoce, “el gran cambio que hemos visto con nuestra música es que desde hace un tiempo no nos cuesta dinero nuestro hacer conciertos. Además ya comenzamos a actuar en otros países europeos, como Alemania, Francia, Italia y hay la posibilidad de hacer algún concierto más además de nuestra participación en el Primavera Club”, comenta el bajista español. El concierto de esta noche en Barcelona será el estreno de Cristobal and The Sea en escenarios españoles, “y hacerlo en el Primavera Club es una oportunidad inmejorable”. Con un estilo pop psicodélico en una línea cercana a Animal Collective o Panda Bear –”son referencias absolutas para nosotros”–, lo distintivo de su propuesta son los aires brasileños, un cierto tropicalismo, bossa nova, con leves y sugestivas pinceladas electrónicas.