Hijos del viento y de Jules Verne
El catalán Àlex Pella navega en el trimarán que se dispone a zarpar de Brest para intentar batir el récord de la vuelta al mundo a vela
El mundo se está haciendo pequeño. Los barcos de vela recorren los océanos cada vez más rápido y el tiempo de referencia actual para circunnavegar el globo seguramente resultaría inimaginable para el mismísimo Jules Verne: 45 días, 13 horas, 42 minutos y 53 segundos. Eso es lo que tardó el maxi trimarán Banque Populaire V en el 2012 y ya hay quien está preparado para intentar batirlo. El trimarán Idec Sport, con el catalán Àlex Pella a bordo, se dirige al puerto de Brest, en la costa atlántica francesa, para zarpar desde allí a por el trofeo -bautizado, naturalmente, con el nombre Jules Verne-, tan pronto como las condiciones meteorológicas resulten idóneas.
El desafío es singular. El Idec Sport, con 31,5 metros de eslora (longitud), es más pequeño que el Banque Populaire, de 40 metros. Y la tripulación de la que forma parte Pella está compuesta por sólo seis tripulantes frente a los catorce que manejaban el Banque Populaire. Pero el patrón, el francés Francis Joyon, que fue el primer marino en dar la vuelta al mundo en solitario en un trimarán, en el 2004, y estableció el récord de la vuelta al mundo en solitario en el 2008, ha reunido un grupo que aúna juventud y experiencia. Además de Pella, ganador de la última Route du Rhom en la categoría Class 40, van el suizo Bernard Stamm, vencedor de la tercera edición de la Barcelona World Race, el alemán Boris Hermann y los franceses Gwénolé Gahinet y Clément Surtel. Todos ellos están habituados a navegar solos en exigentes veleros de competición, de manera que podrán turnarse al timón del trimarán. En las tripulaciones numerosas, cada navegante suele cumplir una función muy especializada a bordo.
Pella, de 42 años, no oculta la ilusión que le produce haber sido elegido para el intento de récord. “El proyecto de Francis Joyon es casi perfecto para mí. Tripulación reducida, todos tenemos que saber hacer de todo, desde llevar la caña a trabajar en proa, estudiar la ruta de navegación, cocinar y fregar. Estoy convencido de que vamos a batir el récord, es muy difícil pero podemos y lo vamos a intentar”.
El tiempo establecido en el 2012 por el Banque Populaire, capitaneado por el francés Loïck Peyron, significó navegar a una media de 26 nudos. Esto es, una velocidad sostenida de algo más de 48 km/h por algunos de los océanos más remotos y peligrosos del globo. La ruta es la misma que la de las regatas de vuelta al mundo: se sale de un puerto de Europa (Brest, en este caso, pues el tiempo del récord se cuenta a partir de una línea imaginaria que une el faro de Cré-
A TODO TRAPO El tiempo de referencia es de 45 días, 13 horas, 42 minutos y 53 segundos, establecido en el 2012
ac’h, en la isla francesa de Ouessant, con el faro inglés de Lizard), se recorre el Atlántico hacia el sur para entrar en el Índico por debajo del cabo de Buena Esperanza, se navega todo el Índico y el Pacífico por debajo de Australia y Nueva Zelanda hasta doblar Cabo de Hornos y se vuelve a subir el Atlántico hasta el punto de partida.
En la última edición de la Barcelona World Race, Bernard Stamm y Jean Le Cam invirtieron 84 días, 5 horas, 50 minutos y 25 segundos en completar un recorrido similar a bordo de un monocasco Imoca Open 60. Eso puede dar una idea de lo que significa navegar en un multicasco gigante, que despega del agua con facilidad y que alcanza velocidades vertiginosas jugando con un difícil equilibrio sobre uno de sus patines mientras el resto del casco se mantiene suspendido en el aire. De ahí la exigencia de contar con timoneles excepcionales.
El actual intento de récord Jules Verne cuenta con un aliciente extra. El viejo Banque Populaire se llama ahora Spindrift y, tras recibir sucesivas mejoras en los últimos años, se encuentra ya en Brest esperando también una situación meteorológica favorable para zarpar a por un nuevo récord. El barco está ahora al mando de la millonaria suiza Dona Bertarelli y del navegante francés Yann Guichard, y de nuevo está tripulado por catorce personas.
Los dos barcos lucharán contra el cronómetro, pero no hay duda de que la coincidencia de los dos proyectos al mismo tiempo aumenta la expectación. Y la divergencia de planteamientos le da un valor extra: ¿mejor el enorme y potente Spindrift o el más pequeño y ligero Idec Sport? En cualquier caso, si el animoso Phileas Fogg se pusiera de nuevo en marcha por una apuesta, no tendría dudas de que hoy en día la forma más rápida de dar la vuelta al mundo es, después del avión, con un barco de vela.
COMPETICIÓN EN EL MAR Otro trimarán, el ‘Spindrift’, también espera las condiciones idóneas para mejorar la marca