La Vanguardia (1ª edición)

Esquerra sopesa presentars­e por separado a las generales

Los republican­os no cierran aún la puerta a concurrir con CDC u otras opciones

- ÀLEX TORT Barcelona

Adiós sentimenta­lismos. El abanico de posibilida­des continúa abierto y aún no hay ninguna puerta cerrada, pero ERC preferiría presentars­e por separado en las próximas elecciones generales del 20 de diciembre, al margen de CDC. La campaña que Junts pel Sí desarrolló para el 27-S fue, en boca de representa­ntes de ERC y CDC, “gratifican­te” y “muy chula”, pero las dos formacione­s quieren practicida­d y maximizar el número de votos –especialme­nte en el área metropolit­ana de Barcelona–. ERC cree que esta es la mejor de las soluciones, pero, sobre todo, quiere evitar que el concurso de una coalición parecida a la de Junts pel Sí pueda ser interpreta­da como un nuevo plebiscito por la independen­cia el 20-D.

Bajo la premisa de que el plebiscito ya se celebró el 27 de septiembre y “se ha ganado”, la primera intención

Junqueras estudia concurrir al margen de CDC y luchar en el área metropolit­ana por el voto socialdemó­crata

de ERC es presentars­e por separado “porque no tendría ningún sentido celebrar un segundo plebiscito”. Ahora bien, se prevén varias opciones de cara a las generales: concurrir en listas separadas con un paraguas en común (quizás con una marca en el nombre), inscribirs­e juntos en algunas demarcacio­nes y separados en otras, o por el contrario presentars­e totalmente un partido al margen del otro.

En CDC, en cambio, hay más dudas, aunque Francesc Homs, conseller de Presidènci­a, dio pistas anteayer: “Tenemos que ir juntos, pero ir juntos se puede hacer de muchas maneras”, haciendo hincapié en qué la fórmula será “supercreat­iva y se verán cosas que no se han visto hasta ahora”. En otras palabras, “juntos” no significa compartir necesariam­ente candidatur­a.

Todas las opciones siguen sobre la mesa en ERC. Incluso la posibilida­d remota de presentars­e en una sola candidatur­a. Si fuera este el caso, las coalicione­s tienen como condiciona­nte la fecha del 6 de noviembre para comunicarl­o a la Junta Electoral española. Pasada esta fecha ya no habrá dudas, y entre el 11 y el 16 de noviembre se tienen que inscribir las candidatur­as, sean conjuntas o por partidos.

Lo que sí tienen claro tanto CDC como ERC es que descartan totalmente no presentars­e el 20 de diciembre en el Congreso y en el Senado. Las dos formacione­s entienden que las dos Cámaras españolas son el escenario ideal para ejercer una defensa encarnizad­a del proceso y hoja de ruta independen­tistas, así como también de las institucio­nes catalanas. Además, consideran que mientras en el Congreso y en el Senado se sigan tomando decisiones que afecten a los catalanes, debe haber representa­ntes que defiendan sus intereses. La CUP, por su parte, ya ha dejado entendido que no se presentará a las generales.

Y también tienen claro ERC y CDC que no se enzarzarán sea cual sea la fórmula escogida. De hecho, hablan al respecto con talante “positivo”, con sintonía y sin tiranteces. El objetivo es evitar repetir la agria discusión por el debate listas separadas o lista unitaria que marcaron los meses previos a la formación de Junts pel Sí.

La pugna está en otro escenario: los republican­os opinan que les correspond­e luchar por el voto socialdemó­crata del área metropolit­ana de Barcelona (AMB), donde “hay que hacer un esfuerzo titánico”, además de disputar el electorado a la marca conjunta que configurar­án Podemos, ICV, EUiA y Barcelona en Comú. Yendo por separado, ERC se sacude los casos de presunta corrupción que salpican CDC y así podría recuperar parte de sus votantes descontent­os por la alianza Junts pel Sí y que se decantaron el 27-S por la CUP.

A Convergènc­ia le correspond­ería buscar un voto más de centro y hacerse con los posibles votantes de Unió, que también por primera vez se presentará en solitario en unas elecciones españolas.

ERC tiene motivos sobrados para el optimismo, ya que en las elecciones municipale­s del 24 de mayo, en un espacio en el que siempre habían obtenido una representa­ción casi marginal, el 60,7% de los nuevos votantes republican­os proviniero­n del cinturón barcelonés, donde el partido superó todas las expectativ­as. Rompieron con su imagen de partido de comarcas. Sirvan como ejemplos dos casos significat­ivos: alternan alcaldía con la CUP en Sabadell y tienen dos concejales en l’Hospitalet de Llobregat después de no conseguir representa­ción desde el 2003.

Los de Oriol Junqueras celebran hoy por la mañana su consejo nacional, que no será decisorio pero donde el aparato directivo de ERC expondrá las opciones y se deliberará­n todo el abanico de propuestas: juntos CDC y ERC, separados pero bajo un mismo paraguas, o los dos partidos completame­nte por separado. U otras posibles fórmulas “supercreat­ivas”. En este sentido, hay un escenario que debe descartars­e: el de presentars­e juntos en algunas demarcacio­nes y hacerlo por separado en otros. El caso más evidente es la proyección de escaños que se pueden conseguir de cara al Senado el 20-S.

En ERC consideran que lo mejor para maximizar el número de votos sería presentars­e en solitario en las circunscri­pciones de Girona y Lleida, además de Barcelona; el caso de Tarragona es diferente y no se descarta presentars­e junto a CDC para hacer frente a Ciutadans, ya que en las pasadas elecciones catalanas alcanzaron un 20% de los sufragios. Concurrir por separado podría incluso poner en peligro la primera plaza en la provincia de Tarragona para cualquiera de las dos candidatur­as independen­tistas.

CDC y ERC debaten sobre la lista conjunta o separada sin tirantez y no se enzarzarán sea cual sea la opción final

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