La izquierda portuguesa planta cara a Cavaco aliándose en el Parlamento
Socialistas, comunistas y Bloco de Esquerda empiezan a escenificar su pacto
La inédita alianza de todo el centroizquierda portugués comenzó a escenificarse ayer en el primer día de la nueva legislatura. Eduardo Ferro Rodrigues, del Partido Socialista (PS), fue elegido presidente del Parlamento con el apoyo del Partido Comunista Portugués (PCP) y del Bloco de Esquerda, tras derrotar al conservador Fernando Negrão y sin que a la derecha le valiese su apelación a la tradición de que sea designado el candidato de la lista más votada. Fue un ensayo de la alianza que el PS y sus aliados ultiman para intentar nombrar primer ministro al socialista António Costa, tras tumbar al conservador Passos Coelho. Para lograrlo tienen que vencer la oposición del presidente de la República, el conservador Aníbal Cavaco Silva, en un pulso institucional de alto voltaje.
En la votación secreta de ayer el centroizquierda mostró la fortaleza de su alianza, pues aunque a Ferro le faltaron dos papeletas para alcanzar los 122 diputados que suman PS, PCP y Bloco, los 120 que le apoyaron están por encima de la mayoría absoluta, de 116 escaños, que se requerirá para derribar a Passos Coelho cuando éste presente a principios de noviembre su programa de Gobierno en el Parlamento.
En el debate que se abrió justo después de la elección de Ferro, tomó la palabra el propio Costa, que se felicitó por el hecho de que la votación fuese secreta. De este modo respondía al llamamiento que efectuó el jueves en su mensaje televisivo Cavaco Silva, que apeló a la libertad de conciencia de los diputados. El presidente se dirigía de forma implícita al sector más moderado del PS para que se desmarque del pacto de izquierdas y permita que Passos se mantenga en el cargo.
Así, la sesión de ayer de constitución del Parlamento sobrepasó su habitual carácter protocolario y ritual para convertirse en un adelanto del inminente y decisivo debate del programa de Passos Coelho. En el ambiente planeaba el incendiario discurso de Cavaco, quien, tras anunciar el nombramiento de Passos como primer ministro, auguró grandes males para el país si cristaliza la alianza que negocia el PS con el PCP y el Bloco, partidos estos dos que tildó de “antieuropeístas”.
En respuesta a Cavaco, Costa presentó el resultado de la votación de ayer como la demostración de una alianza “que no es manipulable por cualquier fuerza que quiera bloquear la voluntad de cambio que los portugueses expresaron en las urnas”. Fue un evidente recado del líder socialista al presidente de la República, quien en cambio recibió ayer grandes elogios desde las filas de la derecha, como los que le dedicó Paulo Portas, viceprimer ministro y líder del CDS, el socio pequeño de la coalición conservadora que encabeza Passos. Portas destacó el “coraje” de Cavaco, al defender la tradición de 40 años de democracia en Portugal para que sea nombrado primer ministro el candidato de la lista más votada, sin que después el Parlamento se oponga en la presentación de su programa de Gobierno.
En aplicación de esa pauta de dominio de la lista más votada, la derecha reivindicaba que le correspondía ocupar la presidencia del Parlamento, como sostuvieron los portavoces que tomaron la palabra en nombre del PSD, el partido de Passos, y el CDS, el de Portas. Sin embargo, los representantes del PCP y del Bloco afirmaron que lo que cuenta es la mayoría que existe en la cámara legislativa, como expresión de la voluntad popular.
La sesión de ayer marcó un hito en la democracia portuguesa al levantarse el acta de defunción de lo que se llamaba el “arco de la gobernabilidad”, formado por la derecha
El socialista Costa acusa al presidente de querer “bloquear” la voluntad de cambio de los portugueses
y el PS, mientras el Bloco y los comunistas estaban al margen del juego de mayorías. Con la elección de Ferro cristalizó el pacto de PS, Bloco y PCP, a pesar de que estos partidos aún no han terminado sus negociaciones ni han informado de su acuerdo. Sólo se sabe que supondrá una devolución acelerada de las pagas retiradas a los funcionarios, un aumento del salario mínimo y una protección de las pensiones.
El plan de estos partidos es tumbar a Passos Coelho cuando someta su programa a debate en el Parlamento para después emplazar a Cavaco a fin de que nombre primer ministro a Costa. Ahí reside ahora mismo la mayor incógnita, pues no se sabe si el presidente cederá o dejará a Passos Coelho en funciones hasta que pasen las transcendentales elecciones presidenciales de enero.