Bastian, soldado de la Wehrmacht
Angela Merkel lo adora, para los hinchas del Bayern es una especie de Xavi, y para millones de alemanes el gran capitán que llevó a la selección nacional a la victoria en el campeonato del mundo de Brasil. Pero para una empresa de juguetes de Hong Kong, el rostro de Bastian Schweinsteiger no es el de un futbolista de prestigio, sino el de un nazi cualquiera.
La compañía Dragon in Dream (DiD) ha producido un muñeco con un extraordinario parecido al centrocampista del Manchester United, que lo fichó el pasado julio con un contrato por tres años valorado en 21 millones de euros. O sea, siete millones de euros al año. La figura que pretende ser un soldado de la Wehrmacht es mucho más barata y se vende por cien euros, pudiendo uno escoger cómo va vestido, si con un gorro de acero, guantes de lana y chaqueta de invierno, o con el típico uniforme del ejército y la insignia nazi. Pesa dos kilos, mide 30 centímetros, y viene acompañado de accesorios como una hogaza de pan y latas de comida.
Ni que decir tiene que a Schweinsteiger, acostumbrado a las duras entradas de los rivales, le parece una ofensa digna de tarjeta roja, y ha encargado a sus abogados que presenten una demanda por daños contra su imagen. La defensa de los fabricantes del juguete es que “a los chinos todos los alemanes nos parecen iguales, con una cara como la suya”.
Pero no es sólo que el muñeco tenga un sorprendente parecido con el jugador del Man U, es que además aparece en el catálogo con el nombre de Bastian. “Una casualidad como otra cualquiera, tenemos entendido que se trata de un nombre de pila muy común en Alemania”, ha dicho un portavoz de Dragon in Dream, sentando las bases de lo que será su defensa en la batalla legal que se le viene encima, y que podría acabar con una goleada, como el 1-7 que la Alemania liderada por Schweinsteiger le endosó a Brasil en Belo Horizonte.
Los empresarios de Hong Kong se hacen los ingenuos y niegan cualquier tipo de mala fe, alegando que también fabrican soldados de la Primera Guerra Mundial con otros rostros, y figuras de James Bond, Churchill y Stalin. Pero su gran especialidad son los nazis, y vaya usted a saber por qué decidieron que la cara de Schweinsteiger –y no la del ministro de Finanzas Wolfgang Schäuble, por ejemplo– encajaba como anillo al dedo en la imagen que de ellos tienen la mayoría de los chinos.
El catálogo de DiD describe a su Bastian como integrante de una unidad de apoyo de la Wehrmacht, y el muñeco pronto estará disponible en Europa a través de la subsidiaria holandesa de la firma de Hong Kong. El mercado de coleccionistas de objetos relacionados con la Alemania nazi es muy amplio. Y también podrían estar interesados defensas de la Premier League, aunque sólo sea para clavarle alfileres.
La prensa inglesa se ha tomado el asunto más bien como un chiste, pero la alemana ha puesto el grito en el cielo, puesto que el sentido del humor es un concepto desconocido para los teutones, y también es cierto que a los catalanes y a los hinchas del Barça nos habría hecho maldita la gracia que alguien en el Lejano Oriente fabricara un muñeco con la cara de Xavi y el uniforme de la Falange. ¡Hasta ahí podríamos llegar!
El mediocampista, que jugó casi 500 partidos y marcó 67 goles en 13 temporadas con el Bayern Munich, está todavía adaptándose a la vida en Manchester y el fútbol de la Premier League, e intentando establecer una buena relación de trabajo –tarea nada fácil– con su entrenador, Louis van Gaal, alias el ladrillo, que es holandés en vez de alemán pero tampoco tiene la menor idea de lo que es el sentido del humor. Con la edad (31 años) ha madurado. Pero
Schweini no es ningún angelito, y ha cometido sus pecados tanto dentro como fuera del campo, ya sean tarjetas rojas o multas por exceso de velocidad en su colección de coches deportivos. O ser pillado con las manos en la masa en el jacuzzi de las instalaciones del Bayern en compañía de una jovencita, a la que presentó –ante la incredulidad general– como su prima. Pero de ahí a ser el prototipo de un soldado nazi hay un largo trecho...
Los fabricantes de la figura alegan que los chinos ven a todos los alemanes con la cara del jugador