La oposición cree que Mas ya no puede ser president
La CUP se enroca en su negativa a votar la investidura
La sesión de la diputación permanente se convirtió en una reunión de transición entre los diputados entrantes y los salientes para el 27-S, pero con el mismo discurso que antes de las elecciones. Núria de Gispert se despidió del cargo con los mismos reproches a los diputados del PP y los nuevos tomaban notas sobre la forma y el fondo. Sobre todo, los diputados de la CUP, con Antonio Baños al frente, que, sin representación en la diputación permanente, dejó claro tras la sesión que su partido no ha cambiado ni un ápice su posición sobre Mas: “No vamos cambiando nuestras posiciones políticas en función del número de detenidos de CDC”, dijo. La CUP se mantiene equidistante en el “juego entre la corrupción de CDC y la guerra del Estado” y insiste en que “somos independentistas no para salvar a CDC de sus males, sino para hacer limpieza”.
Al enroque de la CUP se sumó ayer el discurso unánime de los grupos de la oposición al dar a Mas por amortizado al frente de la Generalitat e inhabilitado para la reelección. “La pesada losa de las investigaciones que afectan a su partido aumenta cada día que pasa. ¿No cree que esa losa es una hipoteca política insoportable?”, preguntó Miquel Iceta. El líder del PSC repasó desde el caso Casinos al compendio de causas en las que están implicados los hijos del expresidente de la Generalitat Jordi Pujol, pasando por el Palau de la Música para concluir que “el victimismo no servirá porque en este caso Catalunya no está siendo atacada, se investiga a CDC”. En esta línea, concluyó que la nueva legislatura, que arrancará el lunes, “requiere de fundamentos más sólidos” de los que el president “está en disposición de aportar”.
Desde el PP, Santi Rodríguez proclamó que “Mas no puede seguir siendo presidente de la Generalitat por “motivos políticos de peso”, pero sobre todo por “motivos éticos”. Los populares catalanes tuvieron nuevamente dificultades para hilvanar un discurso punzante por el peso del caso Bárcenas, hasta el punto de provocar cierta hilaridad al sostener que “robar nunca puede salir gratis, para nadie”. Rodriguez recomendó a Mas que vigile sus manos cuando las pone en el fuego porque “cada vez está más cerca de quemarse”.
Por parte de ICV-EUiA, Joan Herrera, que se despedía del Parlament –Lluís Rabell y Joan Coscubiela siguieron atentos la sesión–, abundó en que si la actuación judicial fuera contra el proceso también se registrarían las sedes de ERC y la CUP. Herrera reprochó a Mas sus “medias verdades, mentiras” y “casualidades cósmicas”. “Demasiadas casualidades para que los casos afecten siempre a los mismos”, insistió. Para Herrera, Mas tiene hoy “menos autoridad” y “lo mejor que puede hacer es dar un paso atrás”.
Inés Arrimadas, que en ausencia de Albert Rivera asumió su papel de nueva líder parlamentaria de Ciutadans y a partir del lunes jefa de la oposición, fue taxativa al sostener que “Mas no puede seguir siendo presidente de la Generalitat”. Para Arrimadas, el juez de El Vendrell no va en busca de “caza mayor, sino que se está intentando “pescar a los peces gordos” de la corrupción política. A juicio de la dirigente de Ciutadans, Catalunya no puede tener un presidente “que sea la mano derecha de Pujol, líder de un partido con las sedes embargadas, con el tesorero detenido y que dice que ya verá si cumple una sentencia”.
Fue la tercera comparecencia de Artur Mas para rendir cuentas sobre presuntas corruptelas vinculadas a su partido, la última el pasado septiembre, pero lejos de disipar dudas a punto de arrancar el lunes la nueva legislatura dejó una sensación de punto y aparte. El punto y final lo pusieron los diputados de Unió, que no lograron representación en el próximo mandato.