Un instrumento de ayuda para los jueces
¿Qué se puede hacer con un barco decomisado? ¿Y con un caballo embargado? Preguntas como estas son las que en ocasiones han tenido que hacerse los jueces, sin que muchas veces estuviera en su mano la posibilidad de dar una respuesta rápida y eficaz al problema planteado. La existencia de una Oficina de Recuperación y Gestión de Activos (ORGA) podrá contribuir, sin duda, a resolver estos problemas prácticos sobre cómo deben manejarse desde los juzgados los bienes rescatados de las manos de los delincuentes. Pero además deberá contribuir a perfeccionar la labor de la justicia, de la que se espera que no sólo imponga las sanciones correspondientes a las acciones delictivas, sino también que reduzca los efectos del delito y permita indemnizar a las víctimas. La labor de la nueva ORGA no se centrará, en suma, en recuperar el dinero robado por los corruptos, a modo de larga mano de los jueces, pero sí puede ayudarles a que puedan administrar y controlar mejor los bienes o fondos procedentes de los delitos, relacionados o no con la corrupción. El fin último, en suma, es servir a la reparación de los efectos de las acciones delictivas, en términos útiles para sus víctimas. Y a este respecto en la propia cúpula del Poder Judicial permanecen algunas inquietudes sobre el proyecto, debido a la rapidez y premura con la que ha habido que informarlo, a marchas forzadas por el calendario político. El problema –sostienen fuentes de la cúpula judicial– seguirá siendo dar con los bienes y el dinero de los delincuentes, pero cuando se encuentre, su control estará mejor centralizado. /