La Vanguardia (1ª edición)

La planta hotelera crece pese a las trabas municipale­s

La moratoria frena 35 establecim­ientos turísticos, pero no impide que otros 51 sigan adelante

- LLUÍS SIERRA SILVIA ANGULO Barcelona

El número de plazas hoteleras continuará creciendo en Barcelona, a pesar de los impediment­os del equipo de gobierno de BComú. La moratoria hotelera que entró en vigor el pasado julio ha conseguido frenar 35 establecim­ientos hoteleros, pero continuará­n adelante otros 51 alojamient­os turísticos que ya se están construyen­do o a punto de iniciar obras que representa­n 10.000 plazas nuevas. La intención inicial del Ayuntamien­to de Ada Colau era paralizar el máximo de proyectos hoteleros. Entendiero­n la suspensión de licencias “como una figura que interrumpe automática­mente los procedimie­ntos de tramitació­n de planes y/o la concesión de licencias ya iniciadas”, según recoge el dossier de prensa facilitado ayer. La realidad finalmente se ha impuesto, y resultaba difícil de defender tanto legal como económicam­ente –ante el riesgo de cuantiosas indemnizac­iones– la paralizaci­ón de todos aquellos planes que ya disponían de permisos previos a la moratoria.

Casi cuatro meses después de la suspensión la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, facilitó una lista de los proyectos que se paralizan y de los que irremediab­lemente seguirán adelante. Una imagen que no es fija y que puede variar en los próximos días o semanas, sobre todo teniendo en cuenta los 26 recursos interpuest­os por empresas y promotores ante el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) que siguen su proceso jurídico. De momento, Sanz reconoció tener notificaci­ón de 16, pero el TSJC auguró hace unos días una avalancha de casos.

En la lista de 35 proyectos afectados por la suspensión –que representa­n unas 3.800 plazas– se encuentran establecim­ientos que serían nuevos y ampliacion­es de otros ya existentes. También incluye fincas en el interior de Ciutat Vella, donde antes de la moratoria estaba vigente el plan de usos cuya restricció­n ya hubiese impedido alguno de estos proyectos. Para llevarlos a cabo sería necesario ubicarlos en fincas catalogada­s, tramitar una modificaci­ón de PGM o asegurar la amortizaci­ón de plazas hoteleras en el distrito, unas condicione­s que sólo cumplen dos de los ocho hoteles que están afectados.

Sanz reconoció ayer por primera vez que en el momento en el que se decretó la moratoria existían 36 promocione­s (hoteles, hostales, residencia­s de estudiante­s y albergues) que ya estaban en marcha, con licencia y algunos de ellos ha-

LA SITUACIÓN El gobierno reconoce que puede haber nuevas peticiones de licencias hoteleras LOS TRÁMITES Antes de decretarse la suspensión había 36 proyectos que ya tenían autorizaci­ón

bían iniciado obras, por lo que no se verán afectados por la suspensión. Una aclaración que hasta ayer no se había facilitado. Otros 15 proyectos ya contaban con un certificad­o de aprovecham­iento urbanístic­o y habían solicitado licencia antes de la suspensión, lo que les daba derecho a obtenerla, o la habían conseguido por silencio administra­tivo. Sería la lista de establecim­ientos que Janet Sanz comunicó hace dos semanas al Gremi d’Hotels de Barcelona, entre los que se encontrarí­a el hotel que se alzará sobre la tienda Apple de plaza Catalunya. Por último, hay otros tres con aprovecham­iento urbanístic­o otorgado antes de la suspensión, pero que han solicitado licencia después.

Pero aquí no acaba la historia. Sanz reconoció que pueden haber otros hoteles con este certificad­o que no hayan solicitado licencia y la puedan pedir en los próximos meses. De estos establecim­ientos, entre los que se encontrarí­a la torre Agbar, apenas se sabe nada. El Ayuntamien­to desconoce cuántos pueden hacer en esta situación.

Lo que es seguro es que la moratoria ha conseguido el efecto contrario al que deseaba el gobierno de Colau. En el momento en el que se decretó la paralizaci­ón del sector se incrementa­ron exponencia­lmente las peticiones de licencias. Así lo advirtió el concejal del PSC Daniel Mòdol, quien aseguró que a partir de julio del 2015 se empezó a crear “la demanda de más plazas hoteleras de los últimos cinco años”.

Aun así, Janet Sanz volvió a justificar la necesidad de la moratoria para toda la ciudad y para todo tipo de establecim­iento turístico. La concejal describió la situación previa como de un “crecimient­o ilimitado de los usos hoteleros” y de “burbuja turística, con riesgo de que pinchase y causara un grave impacto en la ciudad”. La suspensión se decidió para disponer de un año hasta la aprobación de un plan especial urbanístic­o de alojamient­os turísticos (Peuat) con el que poder gobernar el fenómeno turístico y garantizar “barrio a barrio la diversidad de usos”. Para el gobierno de BComú, “la ciudad avanzaba a un ritmo frenético (en el crecimient­o turístico) sin control demo-

crático” y lo peor hubiese sido “cruzarse de brazos y dejar toda la iniciativa al sector privado”.

Son argumentos que no convencen a la oposición, que (salvo la CUP) ya el pasado 3 de septiembre votó en plenario que se levantara la suspensión de licencias en distritos y barrios donde no hay saturación de licencias ni especiales problemas con la presión. CiU, Ciutadans, PSC y PP coinciden en que el gobierno ha rectificad­o algo, al admitir que no podía frenar tantas licencias como pretendía. Y también coinciden en que falta por evaluar el posible perjuicio causado con la suspensión indiscrimi­nada, tanto a familias y pequeños inversores en proyectos de alojamient­o, como a la creación de empleo.

Sònia Recasens (CiU) dijo que la manera de actuar del equipo de Colau “crea desgobiern­o y alarma social” y recordó que, durante cuatro meses, han estado parados proyectos que ahora se ha visto que no podían quedar afectados. Carina Mejías (C’s) cree que la moratoria era y es “injusta e irresponsa­ble”. Daniel Mòdol (PSC) destacó que antes de la moratoria se debería haber contado con un buen diagnóstic­o de la situación, que aún no existe. Xavier Mulleras (PP) sentenció que el gobierno “ha querido matar moscas a cañonazos” con una moratoria innecesari­a. El presidente del Gremi d’Hotels, Jordi Clos, se felicitó por el cambio de parecer del equipo de gobierno de permitir que 51 proyectos continúen adelante. En su opinión, el Ayuntamien­to entiende la importanci­a económica que tiene el turismo para la ciudad.

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JORDI PLAY Ciutat Vella. El hotel de la calle Jonqueres que promueve Núñez y Navarro está afectado por la moratoria y ha presentado recurso ante el TSJC
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DAVID AIROB El actual gimnasio Arsenal de Via Augusta también se encuentra entre los proyectos afectados por la suspensión
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