Demasiada emoción
Un 10-1 en los últimos segundos da el primer triunfo al equipo blaugrana
La competición europea no ha hecho nada más que empezar, pero Xavi Pascual, el técnico del Barça Lassa, ya tenía claro que “estamos obligados a ganar”. Sobre todo porque la derrota en la jornada inaugural fue preocupante por la imagen que dio su equipo ante el campeón turco una semana antes. Con una plantilla tan amplia, el reto para el entrenador blaugrana parece claro y complicado al mismo tiempo. El Barça debe ser capaz de jugar con gran intensidad y aprovechar la profundidad de su banquillo y, al mismo tiempo, ha de tener a todos los jugadores preparados para dar el máximo cuando estén en la pista, aunque sean pocos minutos. Un doble reto apasionante y difícil que marcará el futuro de esta temporada.
Queda claro que el Barcelona Lassa estaba obligado a jugar muy concentrado en los primeros minutos, pero hizo exactamente lo contrario en un primer cuarto de total dominio del Zielona Gora. Los polacos, impecables en el tiro en esa fase, se distanciaron de forma increíble hasta el 2-12 y todavía estaban por delante en el marcador en el minuto 10 (1920). Los errores en el tiro libre de los blaugrana fueron una constante durante todo el encuentro (15/27) y, sin duda, suponen un factor a mejorar cuando lleguen duelos más complicados.
“Somos un equipo con gente joven y necesitamos tiempo”, explicó Lawal, uno de los protagonistas del encuentro con sus 12 rebotes y su intimidación defensiva (2 tapones). Pero fue el jamaicano Samuels el que más destacó por la espectacularidad de sus acciones, 23 puntos, 6 rebotes y 4 tapones. Samardo, que lleva tatuado un Popeye en su brazo, aguantó a su equipo en los momentos más delicados. Después del 43-37 del descanso y del 51-39 del tercer cuarto nadie esperaba que hubiera tanta emoción en el tramo final. Demasiada de hecho. Porque a 6m05s de la conclusión, el equipo visitante conseguía ponerse de nuevo por delante con el 66-68 y se distanciaba un poco más con un triple de Koszarek (68-71). El Barça era entonces un manojo de nervios, precipitado siempre en ataque y muy inseguro en defensa.
La reacción llegó con dos canastas de Samuels y, sobre todo, un rebote y posterior mate de Lawal, que levantó al público del Palau de los asientos. Con el 7372 a 1m17s, el Barça ya no volvió a perder la iniciativa. Defendió entonces con mucha agresividad, puso hasta tres tapones en esos segundos finales y anotó ya sin fallo con un triple de Satoransky y dos tiros libres de Perperoglou. El susto había sido mayúsculo, pero quedo sólo en un aviso.