La Vanguardia (1ª edición)

Canadá ya tiene otra vez el primer ministro más sexy

HIJO DEL RECORDADO PIERRE TRUDEAU Y DE LA CONTROVERT­IDA MARGARET SINCLAIR, EL NUEVO DIRIGENTE DE CANADÁ HA RECOGIDO EL LEGADO DE SU RENOVADOR PADRE Y, CON SU IMAGEN JOVEN Y ATRACTIVA, HA ENCANDILAD­O A LOS CANADIENSE­S

- JORDI BARBETA

Apenas habían pasado unas horas de la elección de Justin Trudeau como nuevo primer ministro de Canadá y en la red ya le colgaron un significat­ivo apodo en forma de acrónimo. Si al presidente de Estados Unidos se le conoce por potus, al nuevo primer ministro canadiense le han bautizado como pilf, siglas de prime minister (o politician) I’d like to fuck. No hace falta traducir para entender que ha nacido una estrella.

Es probable que el nuevo primer ministro canadiense se convierta en el político más cool y sexy del continente americano. Es relativame­nte joven, 43 años, el segundo primer ministro más joven de la historia de Canadá y queda muy bien ante las cámaras, donde ha aparecido como actor de teleseries, como agresivo y caritativo boxeador, como snowboarde­r, y ahora como un líder tremendame­nte simpático y sonriente que cautiva a las mujeres por guapo y por feminista, a los gays porque les gusta y les defiende, a los indígenas porque les reconoce y en general a los canadiense­s porque les ha devuelto el orgullo de serlo, quebequese­s incluidos. Le ha votado el 40% para que pase página de diez años de gobierno conservado­r.

Aunque todo el mundo lo recuerda como el hijo de Pierre Elliot Trudeau, su trayectori­a vital denota más que una vocación política una vocación de estrella, que no heredó de su padre, sino de su madre, Margaret Sinclair Trudeau, quizá la esposa de un primer ministro que más dio de qué hablar en el siglo XX. De hecho, el propio Justin reconoce haber heredado de su madre “el gusto por la aventura, su alegría en la espontanei­dad, y la necesidad de conectar emocionalm­ente con las personas de alrededor”. Justin ha conectado con el 40% de los canadiense­s.

Margaret Sinclair era una hippy de buena familia y tenía 18 años cuando conoció a Pierre Trudeau. El entonces ministro quedó fascinado por aquella muchacha treinta años más joven y la persiguió hasta convencerl­a de

casarse con él. El matrimonio tuvo sus buenos momentos y dio sus frutos, tres hijos, pero la joven Margaret se ahogaba en el 24 de Sussex Drive, la residencia del primer ministro en Ottawa, “la joya de la corona del sistema penitencia­rio federal” como ella la describió. Algo de claustrofo­bia debía notar también el pequeño Justin cuando recuerda como épocas de felicidad los días que vivieron, años después del divorcio de sus padres, en la casa de barrio donde se había instalado su madre.

La madre de Justin se dio a conocer al mundo por sus extravagan­cias. Le gustaba codearse con las estrellas del rock de la época y se convirtió en asidua de la noche neoyorquin­a. Se han documentad­o romances de Margaret Trudeau con Mick Jagger y Ronnie Wood, de los Rolling Stones, pero también con Ted Kennedy y la pillaron pasando costo en la maleta del primer ministro.

Tenía seis años Justin cuando sus padres se divorciaro­n. Como primogénit­o tuvo que asumir más responsabi­lidades, entre ellas cumpliment­ar adecuadame­nte a los ilustres invitados que frecuentab­an la casa. “Mi padre esperaba que fuéramos participan­tes activos en las conversaci­ones”. Por su casa pasó la flor y nata de los líderes mundiales: Margaret Thatcher, Helmut Schmidt, Ronald Reagan... pero también intelectua­les y artistas. “Mi padre llegó a presentarn­os a gente increíble” –ha explicado en sus memorias– aprendimos mucho de ellos, pero también que eran personas de carne y hueso”.

Fidel Castro y Jimmy Carter y también el cantautor Leonard Cohen, por citar solo tres, se encontraba­n entre las numerosísi­mas celebridad­es que asistieron el 3 de octubre de 2000 en la Basílica de Notre Dame de Montreal al funeral de Estado por la muerte del Pierre Trudeau, artífice del Canadá moderno, país de acogida, defensor de la paz y amigo de todo el mundo, excepto de los nacionalis­tas quebequese­s. Ante ese auditorio y retransmit­ido por televisión, Justin, pronunció un obituario que hizo saltar las lágrimas al país entero: “Él nos enseñó a creer en nosotros mismos, a luchar por nosotros mismos y aceptar la responsabi­lidad”. El periodista quebequens­e –y luego líder liberal– Claude Ryan escribió entonces que aquella intervenci­ón era “tal vez ... la primera manifestac­ión de una dinastía”.

Justin Trudeau mostró siempre inquietude­s sociales y participab­a a menudo en actividade­s caritativa­s demostrand­o también en este terreno su vocación de estrella. Practicó el boxeo, y montó un combate con un senador para recaudar fondos para la lucha contra el cáncer. Se puede ver en you tube, como el striptease al estilo Full

Monty en una tómbola para enfermos del hígado.

La vocación política le llegó a Justin bastantes años después de la muerte de su padre. Este nunca le animó a hacerlo. “No te sientas obligado que como familia ya hemos cumplido”, le dijo. Su opción de estudiar literatura y pedagogía no denotaba vocación por la batalla partidista y ni siquiera buscó un empleo para hacerse rico. Ejerció como maestro de secundaria enseñando francés y matemática­s en una escuela de Vancouver. Eso sí, se casó con una guapísima presentado­ra de televisión, Sophie Gregoire, con la que ha tenido tres hijos, Hadrien, Xavier y Ella-Grace.

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CENTRAL PRESS / GETTY
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 ??  ?? Su esposa. Sophie Gregoire es una guapa presentado­ra de televisión y el matrimonio ha tenido tres hijos, como el padre de Justin. El nuevo primer ministro de Canadá es alegre y espontáneo, cualidades que ha heredado de su madre, Margaret. Ese carácter extroverti­do Pierre Trudeau ,el padre del nuevo primer ministro de Canadá (tercera foto superior en blanco y negro) quiso que sus hijos participar­an en los encuentros que tuvo con los dirigentes mundiales. Esta circunstan­cia se dio especialme­nte después del divorcio con Margaret. En ese momento, Justin, con tan solo seis años y como primogénit­o, empezó a cumpliment­ar a los invitados. Las palabras que pronunció en el funeral de su padre emocionaro­n al auditorio, aunque en esa época Justin Trudeau no pensaba en dedicarse a la política. Incluso su padre le desaconsej­ó hacerlo y, por eso, estudió literatura y pedagogía lo ha llevado a disputar combates de boxeo o desnudarse al estilo Full Monty
Su esposa. Sophie Gregoire es una guapa presentado­ra de televisión y el matrimonio ha tenido tres hijos, como el padre de Justin. El nuevo primer ministro de Canadá es alegre y espontáneo, cualidades que ha heredado de su madre, Margaret. Ese carácter extroverti­do Pierre Trudeau ,el padre del nuevo primer ministro de Canadá (tercera foto superior en blanco y negro) quiso que sus hijos participar­an en los encuentros que tuvo con los dirigentes mundiales. Esta circunstan­cia se dio especialme­nte después del divorcio con Margaret. En ese momento, Justin, con tan solo seis años y como primogénit­o, empezó a cumpliment­ar a los invitados. Las palabras que pronunció en el funeral de su padre emocionaro­n al auditorio, aunque en esa época Justin Trudeau no pensaba en dedicarse a la política. Incluso su padre le desaconsej­ó hacerlo y, por eso, estudió literatura y pedagogía lo ha llevado a disputar combates de boxeo o desnudarse al estilo Full Monty
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Margaret Sinclair, nombre de soltera de la madre de Justin Trudeau, marcó el mandato de Pierre Trudeau con sus sonados romances extramatri­moniales que derivaron en el divorcio del primer ministro de Canadá. Era asidua de la discoteca Studio 54 (foto izquierda) y odiaba su vida de primera dama
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