CLAVES DEL DOCUMENTO
Divorciados. Los divorciados vueltos a casar podrían ser readmitidos a la confesión y a la eucaristía, si así lo decide el Papa, pero caso por caso. Será necesario un proceso de discernimiento, junto a su sacerdote, analizando sus circunstancias y conducta particulares. Homosexuales. No deben ser discriminados, pero las uniones entre ellos no pueden equipararse, “ni de manera remota”, al matrimonio entre hombre y mujer. Parejas de hecho. Comprensión por “unas situaciones que deben afrontarse de manera constructiva”, y que deben ser vistas como ocasión para transformarse en matrimonio. Derecho a la vida. Respecto al aborto, se reafirma “el carácter sacro e inviolable de la vida humana” y se deplora la “cultura del descarte”. Se insta a poder ejercer la objeción de conciencia por parte del personal sanitario. Se reitera el derecho a la muerte natural, sin ensañamiento terapéutico ni eutanasia. Planificación familiar. Los cónyuges deben estar abiertos a la vida, teniendo en cuenta su bien personal y de los hijos, “evaluando tanto las condiciones materiales como espirituales de su época y de su estado de vida”. La Iglesia reitera su rechazo a las intervenciones coercitivas del Estado a favor de la anticoncepción, la esterilización y el aborto. Debe instarse a “recurrir a métodos (anticonceptivos) fundados en los ritmos naturales de fecundidad”.