El muy temido huracán ‘Patricia’ entra en México y se diluye
Las autoridades advierten que aún hay riesgos pero el país ‘respira’ con el milagro
“La naturaleza fue generosa, desvió el huracán y lo llevó hacia la montaña; la magnitud del peligro descomunal que nos amenazaba, sobre todo en el estado de Jalisco, ha pasado”. México respiró tranquilo tras escuchar al ministro de Transportes y Comunicaciones, Santiago Ruiz Esparza, que ayer ofreció desde la ciudad de Guadalajara el primer balance oficial sobre los efectos del tránsito de Patricia por territorio mexicano.
Saldo blanco en desgracias personales y daños de poca consideración son las secuelas milagrosas del que se anunciaba como el mayor y más destructivo huracán formado jamás en el océano Pacífico. Contra todos los pronósticos, que hacían temer una tragedia de proporciones mayúsculas, el monstruo fue domado por la Sierra Madre occidental y no acarreó desgracias de consideración.
No obstante, el peligro no ha sido conjurado. Las autoridades advierten ahora del riesgo de trombas de agua, que pueden provocar movimientos de tierra en distintas zonas del noroeste mexicano, debido a la combinación de los efectos de Patricia, convertida ya en depresión tropical, y el frente frío abierto en el norte del país. “Todavía no podemos levantar banderas blancas”, dijo el ministro, que destacó el civismo de la población como uno de los factores clave del feliz desenlace registrado hasta el momento. Al menos 55 municipios de Jalisco podrían ser afectados por severas riadas a causa de las precipitaciones que se esperan en la próximas horas.
El huracán tocó tierra la tarde del viernes en el poblado de Emiliano Zapata, en la costa del estado de Jalisco, con vientos de 325 kilómetros por hora y, a medida que se desplazaba en dirección noreste, fue perdiendo fuerza hasta adoptar la categoría de tormenta tropical. De acuerdo con la información proporcionada por el Gobierno federal y el sistema de Protección Civil, su paso causó destrozos menores en construcciones y derribó muchos árboles, interrumpiendo el tránsito en varias carreteras de la zona. No obstante, la circulación en la red vial ha sido restablecida en casi su totalidad.
La infraestructura turística de la región, principalmente la de Puerto Vallarta, resistió el embate sin dificultades y ayer tarde recibía de nuevo a los primeros visitantes que comenzaban a regresar tras ser evacuados por unas horas. A algunos de ellos se les pudo ver ya deambulando por el paseo marítimo de Vallarta, donde volvía a lucir el sol. Los principales aeropuertos del área fueron reabiertos con plena normalidad. Sin embargo, las terminales marítimas permanecían cerradas debido al fuerte oleaje que todavía se deja sentir en el litoral del Pacífico. El puerto de Lázaro Cárdenas, el mayor de la zona, sí fue reabierto a la navegación mayor.
Vuelta a la normalidad. Hay, no obstante, algunas poblaciones inundadas, hacia las que el gobierno federal ha desplazado efectivos militares para trabajar en su limpieza.
Los turistas, evacuados de Puerto Vallarta, regresan a las pocas horas y sólo los puertos siguen cerrados