Difícil vuelta de Herat
Sáenz de Santamaría clausura la misión española en Afganistán tras un accidentado viaje con avería y espera de 12 horas en Turquía
La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría recogió anoche la bandera española en la base de Herat, al oeste de Afganistán, para hacer oficial el repliegue de las tropas nacionales dentro de la operación que la OTAN lidera en la república islámica: una de las misiones internacionales más relevantes, largas y cuantiosas en las que ha participado el Ejército español. Fue un periplo accidentado. Una avería en el motor del avión de Air Europa fletado por Defensa para el viaje atrapó durante 12 horas a la vicepresidenta y a su séquito –más los treinta periodistas que cubrimos la información– en el punto de escala situado en la ciudad turca de Corlu, a 110 kilómetros de Estambul. La incidencia, sumada a la demora de hora y media en la salida desde Madrid, obligó a celebrar los actos a las diez de la noche.
La número dos del Ejecutivo se llevó consigo a casa a 88 militares del contingente español en Herat, cuya marcha definitiva se completará el martes con el retorno de los últimos 148 soldados allí restantes. Las Fuerzas Armadas sólo dejan en Afganistán un retén formado por 23 oficiales del cuartel aliado en Kabul que volverán antes de acabar 2016.
El repliegue en Herat concluye así, prácticamente, 14 años de presencia española en el convulso país centroasiático: primero con la ISAF (Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad), constituida en diciembre del 2001 bajo amparo de las Naciones Unidas a raíz de los atentados del 11-S; y, desde enero pasado, con la Resolute Support (RSM, Apoyo decidido), continuadora de la anterior.
En las dos fases de la misión han participado 30.000 militares españoles. El contingente llegó a contar con un máximo de 1.521 efectivos, en el año 2009, y ha supuesto un desembolso de 3.638 millones de euros.
El coste humano de la misión ha sido altísimo. Los fallecidos en combate y accidentes suman 102, de los que 100 eran militares y dos, traductores. La mayor parte de las víctimas corresponden a dos graves accidentes aéreos: el del avión Yakolev 42, en el que 62 militares fallecieron en 2003 al estrellarse su aeronave en Trebisonda (Turquía), y otro siniestro con 17 muertos en el que estuvieron involucrados dos helicópteros en Cougart (cerca de Herat), en 2005.
Fue a los caídos sobre el terreno a quienes Santamaría dedicó sus principales frases al dirigirse a los soldados de Herat antes de tomar la bandera para simbolizar el repliegue. “Un centenar de nuestros mejores hombres y mujeres han dejado la vida cumpliendo con su
La vicepresidenta rindió honores a los 102 caídos, recogió la bandera y se llevó de vuelta a 88 soldados
deber en la defensa de la estabilidad y de un mejor futuro de Afganistán”, dijo. Los fallecidos “nos dejan una deuda de gratitud que nunca podremos compensar adecuadamente”, añadió.
Tal y como también destacó Sáenz de Santamaría, la participación española en la ISAF y en Resolute Support –esta última aprobada por el Congreso de los Diputados en diciembre pasado– ha tenido por objeto “fomentar la seguridad, gobernabilidad y el desarrollo económico y social de Afganistán”.
El repliegue materializado este sábado es consecuencia de la decisión de Estados Unidos de reducir, concentrar en Kabul y a medio plazo retirar definitivamente sus tropas de Afganistán.