Alunizajes en Barcelona
LA moda del robo por alunizaje ha reaparecido en Barcelona. En sólo una noche, la del pasado viernes, la capital catalana sufrió tres ataques de madrugada por el sistema de empotrar un potente coche robado en un escaparate con el objetivo de acceder al interior del establecimiento y llevarse el botín. No es la primera vez que esto ocurre en la capital catalana y sus alrededores, pero los responsables policiales señalan como novedad la existencia de una banda capaz de actuar en tres objetivos en muy poco tiempo.
Los atracadores asaltaron una tienda de lujo en paseo de Gràcia –la segunda en la misma semana–, un establecimiento de telefonía móvil y un estanco en Nou Barris, con el objetivo de hurtar piezas concretas, de fácil comercialización al no dejar rastro de su procedencia. Los delincuentes pueden actuar de forma simultánea o consecutiva, lo hacen con contundencia y agilidad, saben con precisión cuáles son las piezas que robar y huyen de inmediato, apenas un minuto después de haber empotrado el coche, incluso desechando piezas de más valor pero más difíciles de revender después.
Según fuentes policiales, esta banda podría haberse especializado en estancos, después de que el encarecimiento del producto convirtió algunas marcas en artículos de lujo sin ningún riesgo para resituarlo en el mercado. Con experiencia en este tipo de asaltos, probablemente el grupo haya dado un paso adelante hacia otros establecimientos de productos más caros y lujosos, quizás actuando por encargo de terceras personas. Los delincuentes perpetran el asalto, entregan el producto del robo y desaparecen por un tiempo prudencial o se preparan para actuar en otra ciudad. Un sistema de operar, en diversos barrios de la ciudad e incluso en el área metropolitana, que dificulta las investigaciones policiales, aunque la experiencia también dicta que, con inteligencia y paciencia, los ladrones acaban ante el juez en la mayoría de los casos.
Aunque la sociedad tiene suficientes medios para defenderse de este tipo de asaltos, conviene extremar las medidas policiales y de protección para erradicar este tipo de hurtos que crean, por su espectacularidad, desasosiego. Es cierto que, como sostienen los responsables policiales, no se trata de una avalancha de casos, sino de un goteo. Pero sabido es que, en materia de delincuencia, la sensibilidad social es altamente vulnerable, por lo que es aconsejable que las autoridades responsables de la seguridad ciudadana multipliquen su atención para tratar de evitarlos y para detener a los delincuentes.