Independencia judicial
Más allá de la lógica posición de cada cual en la comparecencia de Mas en el Parlament, y más allá incluso de la capacidad de cada partido por olvidar lo propio y afear lo ajeno, lo del PP resulta muy bochornoso. Tanto su diputado en la comparecencia como la omnipresente Sáenz de Santamaría –¿será verdad que quiere sustituir a Rajoy?– han perpetrado un tiro al plato frontal contra el president, protagonizando un sobreexcitado simulacro de ética política que es para hacer aquello que hacen los señores de pie, y no echar gota... Dice muy doña, la doña Soraya, que “las víctimas del 3% son los ciudadanos”, lanza una perorata a favor del sufrido catalán de a pie contra la maldad masista y asegura que los gobernantes deben respetar la independencia judicial. Lo dice todo de corrido y no se le corre el rímmel...
Esto..., ¿que qué? De entrada, no deja de ser una contradicción in terminis que al tiempo que habla de “independencia judicial” da por hecho que es cierta una acusación de 3% que no se ha probado durante los diez años de machacona acusación y/o persecución.
Esa promiscuidad erótico-festiva entre Fiscalía, Moncloa y algunos periodistas de la pomada
¿No debería esperar a alguna sentencia para afirmarlo? Pero como todo esto es una farsa y parece que han caído todas las máscaras, ni siquiera guardan las formas cuando exigen a otros que lo hagan. Ciertamente, es muy irritante que el partido que más ha degradado la independencia judicial, con un uso y abuso del Constitucional que ha llegado al bochorno democrático, con una presión sobre la Fiscalía que se ha llevado por delante a todo un fiscal general del Estado, a la par que otro en Catalunya, con una obsesión por llevar a los tribunales a un presidente que puso urnas de cartón –a las que previamente habían ridiculizado– y que ha hecho saltar por los aires la decencia de una democracia, y con la cereza última del pastel quebrando las reglas de juego democrático al convertir al Constitucional en un órgano que ejecuta sentencias..., decía que es irritante que quien ha hecho todo esto hable de independencia judicial. No sé, se me ocurre que por decencia deberían ser menos chulescos, pero eso debe de ser pedir demasiado.
Y luego está la promiscuidad erótico-festiva entre la Fiscalía, la Moncloa y algunos periodistas de la pomada, que consigue la maravilla de publicar unas actuaciones policiales contra empresarios catalanes y contra CDC un mes antes de que se produzcan. Lo cual también debe de ser un gran ejemplo de independencia judicial. ¿Será por ello por lo que todo el PP en bloque ha protestado por esas filtraciones tan bonitas? Y, por supuesto, a nadie se le ocurre imaginar que el hecho de que en Catalunya acabe de ganar rotundamente el independentismo, que estemos a las puertas de un delicado acuerdo de investidura y que hay una hoja de ruta preparada, tenga algo que ver con el teatro de cámaras y rambos que se ha montado para la ocasión. O sea, que todo es muy independiente y tal.