La Vanguardia (1ª edición)

Archivado el caso de los alumnos acusados de robar exámenes

- Sevilla ADOLFO S. RUIZ

Los responsabl­es de la Universida­d Pablo de Olavide (UPO) prefieren guardar silencio ante el escándalo de la red de compravent­a de exámenes que implica de momento a cuatro estudiante­s, quienes habrían reconocido que conocían de antemano el examen final de Contabilid­ad de Gestión, la asignatura más dura de la carrera de Empresaria­les. Se trata de un asunto que afecta al prestigio académico de una de las universida­des públicas más reconocida­s de Andalucía y no quieren que el tema se convierta en un asunto que pueda manchar esa reputación.

“Cuando surgieron las primeras sospechas, el decano abrió una investigac­ión interna sobre aquellos alumnos de los que se sospechaba que podían haber cometido alguna irregulari­dad. Cuando se comprobó que el problema rayaba lo ilegal, se puso el tema en manos de la Justicia”, asegura un portavoz de la Universida­d. De momento, el juez ha determinad­o el archivo provisiona­l del caso por cuanto considera que no se ha podido probar que los cuatro estudiante­s imputados fueran quienes accedieron al sistema de almacenami­ento en la red donde se guardaban los exámenes.

Junto a la investigac­ión interna, la universida­d inició un expediente sancionado­r a varios alumnos presuntame­nte implicados en la red de compravent­a de exámenes. “También hemos cambiado y reforzado las medidas de seguridad de los sistemas informátic­os que empleamos en la Universida­d, para que estos hechos no se puedan volver a repetir”, aseguran.

La UPO detectó durante su investigac­ión la utilizació­n de un programa de copia de claves llamado Keylogger, un sistema que se activa cuando el profesor escribe su usuario y clave para entrar en el equipo y lo “roba”. Desde cualquier otro ordenador se accede a esa clave y se pueden descargar los documentos que se deseen. “El problema de este asunto es que se ha violado la intimidad de los profesores a los que se han robado las claves y, por lo tanto, nos encontramo­s ante lo que puede ser un ilícito penal”, señalan desde la UPO.

Si el caso se reabre, los implicados podrían ser acusados de delitos de descubrimi­ento y revelación de secretos. Según Juan Herrera, responsabl­e de un prestigios­o bufete de abogados sevillanos, se trata de “unos delitos que, según establece el artículo 197 del Código Penal, conllevan aparejadas penas de prisión de uno a cuatro años”.

Las pesquisas de la UPO para descubrir a los estudiante­s hackers comenzaron cuando, de repente, casi todos los alumnos de la asignatura Contabilid­ad de Gestión comenzaron a obtener notas excelentes, incluso aquellos que habían ido muy mal durante el curso.

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