Coppola pasa unas horas en Barcelona sólo para cenar
El cineasta viajó desde Oviedo a fin de ir a El Passadís del Pep
El director de cine estadounidense Francis Ford Coppola viajó ayer a Barcelona desde Oviedo, donde había recibido el viernes el premio Princesa de Asturias de las Artes, para reencontrarse con sus amigos barceloneses y cenar en El Passadís del Pep, uno de sus restaurantes preferidos y cita ineludible siempre que el cineasta visita la ciudad.
El Passadís del Pep, situado en Pla de Palau, no tiene ni cartel en la calle ni carta dentro. Una de las peculiaridades de este local es que se accede a su comedor por un pasillo de una comunidad de vecinos, al lado de un portal. Por este motivo no es extraño que los clientes que no son habituales, tengan que ser a menudo rescatados por algún miembro del personal, que a veces debe salir a la calle para conducirlos al interior.
Coppola, que vino a la ciudad sin su esposa Eleanor, llegó ayer por la tarde y después de la cena no pernoctó en la ciudad. El afamado director hizo la reserva en El Passadís del Pep estando en Italia el sábado de la semana pasada.
Entre los asistentes también estuvo Quim Vila, propietario de Vila Viniteca, que además se encargó de hacer una selección de vinos especialmente para la ocasión y acorde con los gustos del director. Entre los vinos escogidos hubo unos cuantos vinos de pedro ximénez, una de las uvas típicas de Jerez, y uno de los predilectos de Coppola. También se sirvieron albariños y un vino tinto de la DO Ribera del Duero. Fue concretamente un Pingus de la añada de 2011, de la bodega burgalesa Dominio de Pingus, a cargo del conocido enólogo Peter Sisseck, y cuyo precio de mercado supera los 1.000 euros.
Coppola, que tiene una magnífica relación con el propietario del restaurante, Joan Manubens, regresó ayer a un establecimiento en el que ya comió hace cinco años. Se conoce que en sus estancias en Barcelona Coppola ha visitado también la tienda de Quim Vila. En una de las últimas ocasiones, el cineasta compró varias cajas y cuando en la tienda le avisaron de que tendría problemas para llevárselas en el avión, Coppola tranquilizó al personal recordándoles que la aeronave era suya y que, por tanto, no habría ningún problema para transportarlas.
La pasión de Coppola por el vino tampoco debe extrañar a nadie, ya que es propietario no de una sino de tres bodegas en el californiano Napa Valley: la Francis Ford Coppola Winery, la Virginia Dare Winery (en Russian River Valley) y las bodegas Inglenook, unas de las más antiguas y con más historia de Estados Unidos.
Además, el cineasta es un reconocido gourmet. Tuvo un restaurante en San Francisco, el Rubicon, a medias con Robert De Niro, que cerró en agosto del 2008, pero mantiene abierto el café Zoetrope en la misma ciudad y además es propietario de la marca Mammarella Foods que elabora pastas y salsas orgánicas. Mammarella hace referencia al nombre con el que la madre del director, Italia Coppola, quería que todo el mundo la llamara.
Según Joan Manubens, Coppola es “un hombre de gustos simples” al que le gusta comer de todo y descubrir cosas nuevas. Anoche pudo probar algunas de las delicias que le seleccionaron especialmente para la ocasión, como
El restaurante del Born es uno de los preferidos del director de cine cuando está en la ciudad Ayer comió percebes, calamares de la costa y cigalas de tronco, que regó con uva ‘pedro ximénez’ y Pingus 2011
por ejemplo percebes, calamares de la costa y cigalas de tronco.
Precisamente, gracias a Francis Ford Coppola –que suele recomendarlo a menudo–, El Passadís del Pep es uno de los restaurantes preferidos de las estrellas de Hollywood cuando visitan Barcelona. A sus mesas se han sentado Nicolas Cage (sobrino de Coppola), Spike Lee, Sigourney Weaver, Robert De Niro, George Clooney, Arnold Schwarzenegger y Woddy Allen, otro habitual de la casa.