Tras la ruta de los indianos
Los Reyes distinguen a Colombres como Pueblo Ejemplar de Asturias
En 1906, Íñigo Noriega Lasso, un emigrante asturiano que salió de su pueblo cuarenta años antes con una mano delante y otra detrás, regresó a Colombres para levantar Villa Guadalupe, un caserón de 2.600 metros cuadrados, ubicado en una finca de cinco hectáreas. En México se había hecho multimillonario y parte de su fortuna, como tantos otros indianos, volvió a Asturias en forma de mansión y también de colegios, red de agua y electricidad, el ferrocarril, el cementerio, centros de beneficiencia y asistencia médica y otros equipamientos. La historia de ese indiano y de tantos otros emigrantes menos afortunados se explica ahora en la casa que sus descendientes donaron a la población y donde se ubica la Fundación Archivo de Indianos y el Museo de la Emigración. Allí, en el inmenso jardín que se abre ante la fachada del edificio, el rey Felipe entregó ayer al alcalde de Colombres la distinción de Pueblo Ejemplar de Asturias, que se otorga cada año a una localidad del Principado con motivo de la celebración de los premios ahora denominados Princesa de Asturias. Colombres, es la capital del concejo de Ribadebeva, situado en el extremo oriental de Asturias, entre la sierra de Cuera y el mar, tocando a la provincia de Santander. De los 1.900 habitantes del concejo, la mitad viven en Colombres pero casi todos, más los vecinos de otras localidades, se juntaron ayer en las calles de la población salpicada de casas construidas por indianos que, en su mayoría, son ahora equipamientos públicos.
Don Felipe y doña Letizia, junto al orgulloso alcalde colombrino, Jesús Manuel Bordás, recorrieron andando las calles principales de la localidad, por donde discurre la ruta de los indianos. Los habitantes de Colombres, primero en las calles y, finalmente, reunidos en el exterior del Museo de la Emigración y en una comida popular, participaron en una fiesta de la que eran protagonistas ya que el premio ha sido concedido por el tejido asociativo de los ciudadanos y por su voluntad de conservar el legado de los emigrantes que triunfaron y honrar la memoria de los que se sacrificaron y salieron de su pueblo para que los que se quedaban tuvieran una vida mejor. Así lo ha destacado don Felipe, tras hacer entrega del premio, al recordar que los emigrantes que dejaron Asturias y otras partes de España, para ir a América, representan “las virtudes y los principios que hacen grande a un pueblo: el profundo amor por la tierra y el espíritu de apertura a otros mundos”. El Rey no olvidó tampoco a cuantos hoy en día se ven obligados a dejar sus casas, en muchos lugares del mundo, donde “se impide a los seres humanos la vida en libertad”.
El Rey dice que “lo que hace grande a un pueblo es el amor a la tierra y el espíritu de apertura a otros mundos”