Blair pide perdón por Iraq y sus secuelas
El expremier admite que la invasión dio alas a los yihadistas
Que la invasión de Iraq ha resultado un desastre desde todos los puntos de vista ya lo reconoce casi todo el mundo, incluso algunos de los que la impulsaron, como el entonces primer ministro británico, Tony Blair, figurante principal de aquella foto de las Azores de marzo del 2003 en la que José María Aznar aparecía codeándose con los líderes planetarios. Aquello no es que acabara mal, es que aún no ha terminado y Tony Blair ha querido pedir perdón por ello. Por lo que hicieron y por las terribles consecuencias de aquella invasión y ha querido hacerlo precisamente... en Estados Unidos.
“Debo disculparme”, declaró Blair durante una entrevista emitida ayer por la CNN con el periodista especializado en asuntos internacionales Fareed Zakaria. “Me disculpo –dijo el ex primer ministro– por los errores de inteligencia que nos proporcionó una información equivocada”. Blair se refería por supuesto a la existencia de un arsenal armas de destrucción masiva que Sadam Husein podía utilizar en cualquier momento contra Israel o países Occidentales. “Aunque Sadam utilizó armas químicas contra su propio pueblo y contra otros, su programa no era el que nosotros pensábamos”, se justificó Blair.
La hipotética existencia de ese arsenal de armas de destrucción masiva fue el argumento para justificar una invasión que no fue autorizada por las Naciones Unidas ni apoyada por los principales aliados europeos de Estados Unidos y que ahora mismo está siendo objeto de investigación en el Reino Unido. Sin embargo, Tony Blair considera que si bien la invasión fue un error, no lo fue derrocar el régimen de Sadam Hussein. “Me resulta difícil disculparme por la eliminación de Sadam”, dijo, y añadió que a pesar de lo que ha venido después “hoy es mejor que no esté”, aseguró el ex primer ministro.
La caída del régimen de Sadam Husein sumió la región en un caos que todavía no se ha resuelto. Son ya doce años de conflicto en el que han perdido la vida decenas de miles de iraquíes, más de 4.000 soldados estadounidenses y 179 soldados británicos. Y el vacío creado por el régimen y por la retirada de tropas fue inmediatamente cubierto por organizaciones yihadistas como Al Qaeda y Estado Islámico.
De esas secuelas también se siente responsable Blair. “Por supuestos no se puede decir que aquellos de nosotros que decidimos eliminar al ex dictador iraquí Sadam Husein en el 2003 no tenemos ninguna responsabilidad por la situación del 2015”. A la pregunta de si la ofensiva fue la principal causa del auge del Estado Islámico, que ahora controla grandes áreas de Iraq y de la vecina Siria, Blair admitió que había “elementos de verdad” en ello.
Con todo, el ex primer ministro, que ha visto como su legado político, brillante en algunos aspectos, se ha visto empañado por su implicación en la guerra de Iraq, insiste en que las decisiones que se tomaron en el momento en que se tomaron, con la información que disponían, y teniendo en cuenta las alternativas posibles fueron acertadas.
“Hemos intentado intervenir y poner tropas en Iraq; hemos intentado intervenir sin tropas en Libia; y no hemos intervenido sino exigido un cambio de régimen en Siria. No está claro que otras políticas hayan funcionado mejor”, dijo Blair. El entrevistador, Zakaria, le preguntó entonces a Tony Blair cómo se sentía cuando le acusaban de ser un “criminal de guerra”, y el ex primer ministro respondió: “Cada persona puede tener su juicio sobre si lo
“¿Yo, criminal de guerra?; cada persona puede tener un juicio sobre si lo que hicimos fue correcto o no”
que hicimos fue correcto o no”.
La invasión de Iraq y sus consecuencias sigue siendo motivo de controversia especialmente en Estados Unidos, donde el asunto está presente en todos los debates de los aspirantes a las presidenciales del 2016. Jeb Bush, el hermano del presidente George W. Bush, ha tenido que desmarcarse y Hillary Clinton tuvo que admitir públicamente que fue un error apoyar la invasión como hizo cuando era senadora y un candidato tan populista como Donald Trump se vanagloria de haberse pronunciado contra la invasión desde el principio.
Se mantiene en sus trece además de George Bush, el ex presidente español José María Aznar, quien ha reconocido como Blair que, aunque luego se demostró que no había armas de destrucción masiva en Iraq, él tomó “la decisión más conveniente para los intereses nacionales”.