Santa Úrsula lleva a Valls una apoteosis castellera
La jornada castellera en la capital del Alt Camp no defraudó a nadie y la fiesta continuó en Girona con una nueva exhibición de los Minyons de Terrassa
En Valls nacieron los castells hace más de 200 años. En Girona se practican desde hace relativamente poco. En Valls, la actualidad y la rivalidad castellera copan la vida de la ciudad y sus habitantes. En Girona, disfrutan de los castells esporádicamente. En Valls, sus dos bicentenarias colles han escrito la mayor parte de las páginas de la historia castellera. En Girona, no hay colla (sí, en la vecina Salt), pero cada año la ciudad pone la alfombra roja a unos Minyons de Terrassa que han situado esta plaza en lo más alto. Valls y Girona, los dos extremos del mundo casteller, que ayer fueron escenario de dos actuaciones memorables.
La fiesta de Santa Úrsula de Valls, a la que asistió el presidente de la Generalitat, Artur Mas, respondió a las elevadas expectativas. La Colla Vella se erigió en la protagonista triunfante, ya que alzó las tres construcciones actuales
Los Minyons repitieron en Girona su tres de deu con tanta soltura que parece una proeza fácil
más difíciles: el quatre de nou sense folre, el tres de deu amb folre i manilles y el dos de vuit sense folre. Las dos últimas no pudieron descargarlas, pero el simple hecho de reunir estos tres galácticos castells en un día es fantástico. Nunca lo había logrado ninguna colla.
La Vella soportó la enorme presión que implica asaltar estas construcciones límite y mostró valentía cuando tuvo que sustituir piezas clave de los dos castells sense folre, a raíz de la caída inicial del tres de deu cargado. Ayer era la primera vez que conseguía descargar el quatre de nou y coronar el castell de deu y el dos de vuit en la plaza del Blat. La Colla Joves, por su parte, se quedó a sólo dos segundos de coronar el primer intento de tres de deu amb folre i manilles de su historia. El castell fue una roca en los pisos inferiores, pero no logró salvar la inestabilidad del tronc: cayó cuando la enxaneta estaba a punto de coronarlo. Pero el tropiezo no aminoró a sus castellers, que –tras otro intento fallido de tres de deu– completaron el tres de nou amb folre y el dos de nou amb folre i manilles, el tercero del año.
A 200 kilómetros del epicentro casteller, en Girona, los Minyons de Terrassa volvieron a demostrar que definitivamente han dejado de ser grandes para ser inmensos. Este domingo descargaron su tercer tres de deu amb folre i manilles del año, junto al cinc de nou amb folre, el dos de nou y el pilar de vuit, ambos con folre i manilles, si bien dejaron en intento el dos de vuit sense folre. Existe un serio peligro en lo que están haciendo los Minyons con el tres de deu: que alguien pueda llegar a pensar que es fácil, porque lo ejecutan con una comodidad y seguridad tan envidiable que roza la perfección.